El autor sólo considera el tema lingüistico en su relación con la posterior deriva castellana de la lengua española. Es esta una historia sólamente de la lengua común española, no de las peculiares de territorios.
En ese sentido, y por la época alto-medieval que estamos viendo solamente le interesa constatar la oposición entre el romance mozárabe que era entonces similar al dialecto astur-leonés, al galaico y al catalán, frente a un dialecto "raro" que surgía en aquella época que era, paradójicamente, ¡¡el castellano antiguo!! (influenciado a su vez por la lengua vascona).
Esa, a grandes rasgos, era la dicotomía peninsular de entonces (siglos VIII-XI): Toda la península hablando (para entendernos) un romance godo-mozárabe-asturleonés-galaico-catalán, frente a un incipiente pero imparable dialecto castellano en el montañoso Norte peninsular: o bien, un incipiente dialecto castellano abriéndose paso entre una tenaza lingüistica goda-mozárabe.
Para analizar la época alto medieval no interesa la deriva posterior del mapa lingüistico peninsular. Así pues, no se tratará aquí de la particular evolución hacia el gallego o hacia el catalán.
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