Bien; es tu opinión y vale.
Lo que nos diferencia debe ser el concepto optimista que atribuís a la monarquía tradicional como remedio absoluto para todo mal. Yo a priori no tengo nada contra ella, pero no comparto ese optimismo aplicado a las personas (monarcas, camarillas, "incondicionales fervorosos" etc) que a fin de cuentas, ante problemas concretos: o pactarían "porque no hay más remedio", o escurrirían el bulto, o se reconvertirían, o dimitirían y se evaporarían... A mí, de esa presunción pesimista no me saca nadie, por muy fantástico que lo pongáis.
Jugáis con ventaja y es que, como nunca sucedió vuestro remedio, todos los males, idealizadamente se achacan precisamente a esa ausencia. Nosotros en cambio, pesimistas, preferimos "antes pájaro en mano que ciento volando". Y no nos convencen esas presuntas bondades "infalibles" de principios intangibles y de personas concretas. Es que creemos que frente a 40 años de un Franco o militar similar o un civil de carácter fuerte no habrían podido pasar más de 2 de monarquía tradicional por la problemática de la época (porque, valga el ejemplo, aunque un Ferrari sea mejor que un todo terreno, éste llega más lejos cuando el suelo tiene baches y es escarpado, y no se avería).
Y contando con que no la profesaban ni los militares vencedores de la guerra ni la inmensa mayoría de aquella España, su plasmación práctica nunca pasó de pura utopía.
Y por supuesto ni creo ni me creeré nunca que D. Javier ni nadie hubiera mantenido la "unidad católica" española contra el Vaticano (pero vamos es que eso no se lo puede creer nadie, mas que vosotros).
Ahora ¿Que la monarquía tradicional a nivel teórico es maravillosa?, sí, lo concedo.
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