Revista FUERZA NUEVA, nº 142, 27-Sep-1969
(...) LA FE EN UN CREDO
El Tercio nació sin más apoyo que su propia voluntad en luchar, vencer, morir… y le hacía falta algo que encauzara esta manera de existir. Un algo paralelo a su propia dureza; y Millán Astray le da su credo, el credo de la Legión, que se repite desde su fundación, día a día, en los campamentos legionarios, el credo que conocemos los miles de hombres que pertenecimos y luchamos en ella; el credo desconocido por casi todos los españoles, el que asombra y acompleja a los pobres de espíritu, el credo que ayuda al hombre de acción. El credo que es necesario dar a conocer si queremos continuar exponiendo lo que fue y lo que es el veterano Tercio, porque cada acción guerrera, cada acto en la cotidiana tarea, encaja dentro de su peculiar estructura.
Lo componen doce artículos, doce “espíritus”, que dicen:
• Espíritu del legionario
Es único y sin igual, es de ciega y feroz acometividad, de buscar siempre acortar la distancia con el enemigo y llegar a la bayoneta.
• Espíritu de compañerismo
Con el sagrado juramento de no abandonar jamás un hombre en el campo hasta perecer todos.
• Espíritu de amistad
De juramento entre cada dos hombres.
• Espíritu de unión y socorro
A la voz de ¡A mí la Legión!, sea donde sea, acudirán todos, y con razón o sin ella, defenderán al legionario que pida auxilio.
• Espíritu de marcha
Jamás un legionario dirá que está cansado, hasta caer reventado será el cuerpo más veloz y resistente.
• Espíritu de sufrimiento y dureza
No se quejará de fatiga, ni de dolor, ni de hambre, ni de sed, ni de sueño; hará todos los trabajos, cavará, arrastrará cañones, carros, estará destacado, hará convoyes, trabajará en lo que se le mande.
• Espíritu de acudir a fuego
La Legión entera hasta el hombre solo acudirá siempre a donde oiga fuego, de día, de noche, siempre, siempre, aunque no tenga orden para ello.
• Espíritu de disciplina
Cumplirá con su deber, obedecerá hasta morir.
• Espíritu de combate
La Legión pedirá siempre, siempre, combatir sin turno, sin contar los días, ni los meses, ni los años.
• Espíritu de muerte
El morir en el combate es el mayor honor. No se muere más que una vez. La muerte llega sin dolor y el morir no es tan horrible como parece. Lo más horrible es vivir siendo un cobarde.
• La bandera de la Legión será la más gloriosa porque la teñirá la sangre de sus legionarios.
• Todos los hombres legionarios son valientes; cada nación tiene fama de bravura; aquí es preciso demostrar qué pueblo es el más valiente.
Y este credo, proyectado hacia las camisas verdes, cuajó de lleno en aquella masa, inicialmente amorfa, para hacer de él la razón de su propia existencia, vivir por algo, luchar por algo, morir por algo.
¡La Legión!
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