El nacionalísmo patriochiquero, al ver que la história no le da la razón, la reinventa y manipula como le sale de los cojones.
He aquí un extracto de Biografía de España, de Fernando García de Cortázar, catedrático de História Contemporánea en la Universidad de Deusto:
Tras la caida del imperio romano, España se disgrega en multitud de cantones regionales creados según sus propias peculiaridades geográficas, culturales y étnicas. Suevos y vándalos asdignos ocupan Galicia, los alanos guerrean por la Lusitania y la Cartaginense en tanto que la romana Bética no puede contener los saqueos de los vándalos, dispuestos a probar fortuna en cualquier territorio peninsular. Solo la Tarraconense se mantiene fiel a los dictdos imperiales. En la cornisa cantábrica y las montañas leonesas resucitan los focos indigenistas que manifiestan el escaso exito de la romanización. Parecía que la obra de Roma estuviese condenada a ser borrada por el ímpetu bárbaro y, sin embargo, lograría sobrevivir al desastre.
Ante la posibilidad de detener el huracán con sus propias fuerzas, Roma contrata a otro pueblo bárbaro, los visigodos, al que confían la defensa de los derechos del emperador en la península. A cambio de un tributo anual, la tribu germanica se compromete a limpiar de enemigos las regiones más romanizadas de la Bética y el Levante.
En su calidad de mercenarios, las hordas visigodas entran por vez primera en Hispania y , con el paso del tiempo, le cogeran gusto. Pasada la mitad de la centuria y expulsados los vándalos por la aristocracia andaluza, la ocasión para inmiscuirse en la península se presenta propicia.
El objetivo final de los godos, pueblo romanizado en comparación de con sus hermanos, sería recomponer la vieja unidad hispánica, meta en la que emplearán casi cien años. Un proyecto que se consolida en el 507.
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