Y no sé cómo será en este momento, pero hasta hace cuatro años en Hispanoamérica lo normal era enterrar a los cadáveres. La incineración era muy poco habitual.
Y no sé cómo será en este momento, pero hasta hace cuatro años en Hispanoamérica lo normal era enterrar a los cadáveres. La incineración era muy poco habitual.
Lo último: poner a los difuntos en órbita. ¿Es eso lo que entienden por que se vayan al Cielo?
Una empresa ofrece «entierros» espaciales por 1.475 euros
JOSÉ MANUEL NIEVES
Las cenizas humanas se lanzarán al espacio y orbitarán alrededor de la Tierra durante varios meses antes de que se quemen en la atmósfera «como una estrella fugaz»
Elysium Space
Las cenizas del difunto se quemarán en la atmósfera «como una estrella fugaz», según la compañía
En lugar de dar a sus seres queridos un entierro tradicional ¿por qué no despedirlos con estilo con un vuelo espacial? Esa es la idea comercial que ha lanzado Elysium Space, una empresa que ofrece poner en órbita las cenizas de los difuntos, y seguir además su posición con un tablet hasta que se desintegren cuando vuelvan a entrar en la atmósfera terrestre.
“como una estrella fugaz", según los autores de la idea. La compañía ya ha lanzado una aplicación móvil para rastrear las cenizas en órbita, y espera lanzar su primer vuelo conmemorativo en 2014. Según el plan de Elysium Space, las cenizas humanas se lanzarán al espacio y orbitarán alrededor de la Tierra durante varios meses antes de que se quemen en la atmósfera
"Un vuelo espacial in memoriam es una experiencia única para los amigos del difunto, para recordarle como un ser querido y familiar", afirma el fundador de Alysium Space, Thomas Civeit, un ex ingeniero de la NASA. "Creemos que ahora es el momento de cambiar una visión de la muerte con un final bajo tierra a otra con final celestial”. La compañía ha contactado con empresas de transporte espacial comercial como Orbital Sciences y SpaceX, y el primer lanzamiento está previsto para el verano de 2014 desde Cabo Cañaveral, en Florida.
Elysium Space no es la primera compañía en ofrecer vuelos espaciales en memoria de los fallecidos. Celestis Inc., una firma con sede en Houston, ha estado lanzando cenizas humanas al espacio desde 1997. Su vuelo inaugural llevó los restos del creador de "Star Trek" Gene Roddenberry. Más tarde, le acompañaron los restos de la esposa de Roddenberry, que subieron al espacio en un vuelo en 2009. Celestis también ha lanzado las cenizas del actor de "Star Trek", James Doohan, quien interpretó a "Scotty" en la serie televisiva, y los restos del astronauta Gordon Cooper, uno de los fundadores del Proyecto Mercury.
Cápsula para cenizas
Cuando los clientes compren un vuelo espacial memorial a Elysium Space, recibirán un kit con una cápsula para cenizas, que puede ser grabada con un máximo de tres iniciales, y una mini-pala para transferir "una parte simbólica" de las cenizas a la cápsula, según explican al describir el servicio. El precio de lanzamiento está fijado actualmente en 1.475€. Los clientes podrán enviar sus cápsulas a Elysium Space, que las encajará en la nave espacial. Elysium también ofrece la posibilidad de grabar un mensaje conmemorativo de hasta 80 caracteres en las placas de metal sujetas a la nave espacial.
La aplicación móvil
Elysium Space
Después del lanzamiento de la nave, los clientes serán capaces de rastrear el viaje celestial de su ser querido en una aplicación móvil gratuita, disponible en la App Store de Apple y en Google Play. La aplicación mostrará, en tiempo real, donde está la nave espacial y cómo se ve el mundo desde esa posición. Tras unos meses en órbita, la nave volverá a entrar en la atmósfera de la Tierra donde se quemará, no dejando ningún resto de basura espacial, según afirma Civeit. El fundador de la empresa no ha revelado cuántas personas se han inscrito ya en un vuelo espacial póstumo en Elysium Space, pero sí ha afirmado que hay "gran interés" por este servicio tanto en los Estados Unidos como en Japón. La compañía puede recibir peticiones hasta una semana antes de su primer lanzamiento.
"Los funerales han ido cambiando en los últimos 50 años, y ha habido una transición desde los rituales religiosos a ceremonias en las que se conmemora la vida", comenta Civeit. "Cruzar la Vía Láctea y, finalmente, convertirse en una estrella fugaz, es una experiencia poética”.
Una empresa ofrece «entierros» espaciales por 1.475 euros - abcdesevilla.es
Última edición por Hyeronimus; 09/11/2013 a las 13:21
¿Está mal incinerar a nuestros seres queridos?
¿Está mal incinerar a nuestros seres queridos?
Hemos incinerado a papá, era su voluntad. Es una frase muy común que escuchamos habitualmente, no obstante, cabe preguntarse si de verdad era la voluntad de papá, o más bien, es la voluntad de los descendientes. Seamos realistas, hoy en día, cuanto antes nos quitemos el cadáver de delante, mejor que mejor. De unos años a esta parte, están ocurriendo dos hechos que en otros tiempos, hubieran sido insólitos, uno es la “incineración del cuerpo” y otro es la desaparición de las Misas Exequiales. Ambas cosas, nos llevan a ver con claridad como la sociedad se va mundanizando y alejando de la tradición y como nos van presentando como “normal”, lo que antes era insólito o de “paganos”.
Nuestro desconocimiento de la religión Católica, el miedo a la muerte y los intereses mercantiles de algunas empresas funerarias, nos llevan a cometer graves errores en lo que son las honras fúnebres para nuestros difuntos.
¿Está mal incinerar a nuestros seres queridos?Simplemente pensemos un momento en el Cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo, ¿Lo pusieron en una fogata? Alguno dirá que en aquella época no había incineración, pero eso, es totalmente incierto. En la prehistoria, los paganos, ya realizaban incineraciones, nohay más que remitirse a cualquier enciclopedia para verificarlo, sin embargo, los Cristianos primitivos, ya se oponían tajantemente a esta práctica. Hoy en día, los Católicos, hemos adoptado lo peor de la historia, lo que procede de ritos herejes y lo más cutre de las distintas religiones existentes.
¿Por qué nos sentimos atraídos por costumbres que están tan alejadas de lo que se nos muestra en la Biblia?Lo primero, nos hemos dejado contagiar por prácticas hinduistas y budistas, lógico y normal, desde el momento en el que en los locales parroquiales se permiten cursos de yoga y taichi, lo demás ya viene por añadidura. Lo segundo, el creciente negocio de las funerarias, tan hábiles ellas en esos momentos tan delicados para endosarnos servicios a su conveniencia. Les interesa que nos cremen, ¿por qué? Muy sencillo, les va en su economía. Es tan simple como decir que facturan por servicio que nos venden y nosotros, como mentecatos, nos dejamos engañar y contratamos el pak de todo incluido. Por si alguno no lo entendió, les resulta rentable incinerar a nuestro difuntos, les reporta beneficios económicos para su empresa. ¡Qué dormidos estamos! Dejamos que los demás jueguen con nosotros a su conveniencia. Estamos hablando del cadáver de un hombre o de una mujer, que significaron algo en nuestra vida, deberíamos meditar sobre esto, tendríamos que pensar detenidamente si nos interesa quemar, carbonizar el cuerpo de una persona a la que quizás, unas horas antes, hemos acariciado su rostro ¡No es posible que estemos tan deshumanizados! Comentando con un amigo este tema, me decía él, muy acertadamente, que en nuestra cultura, se quema lo que odiamos, lo que queremos destruir y es cierto, porque las cosas que nos suponen un hermoso recuerdo, las guardamos con celo en algún lugar especial. Muchas personas que incineran a sus familiares sin ningún tipo de contemplación, no lo permitirían con una mascota. Y es que hoy en día, valoramos más el cadáver de un animal que el de un ser humano.
¿Saben Vds. desde cuando permite la Iglesia la incineración del cuerpo? Como quién dice, fue ayer, ya que nos remontamos simplemente a Pablo VI, es decir, preferimos adaptarnos a las novedades de hace dos días, en vez de fijarnos en la Tradición de la Iglesia. Precisamente, en el funeral de Pablo VI, se rompía el silencio propio de la celebración y se aplaudía y vitoreaba, como si la gente se encontrase ante un starlet. Como les decía hace poco, dinamita colocada estratégicamente dentro de nuestra Iglesia, para cepillársela. El Padre Almorth apuntaba hace poco, la dirección desde la que vienen las balas.
Este domingo escuchaba en una predicación, como el Sacerdote nos animaba a “dejar de lado lo de antes”. A este paso, nos cepillamos hasta la Biblia y el Sagrario.Me conmueve hasta el fondo del alma pensar en las Santas mujeres perfumando el Cuerpo de Jesús, amortajándolo y dejándolo en el sepulcro, ¡Imagínense si le hubieran prendido fuego! Repasemos la Sagrada Escritura: “la resurrección del cuerpo”. Es ahí hacia donde debemos dirigir nuestra vista, no se trata de convencer con opiniones personales, no, es el mismo Señor el que nos habla desde los Evangelios y nos invita a seguir su enseñanza con su ejemplo. ¿Por qué sino, el Apóstol amado iba a describir esa escena con tanta precisión, llegando al máximo detalle? Sencillamente para hacernos pensar en como debemos tratar los cuerpos de las personas a las que hemos amado en vida y como debemos respetar las tradiciones.“La Iglesia no ha ignorado jamás que incluso esa reducción a ceniza resultante de la cremación no prejuzga la reconstitución de los cuerpos resucitados; pero una religión en la cual toda la realidad es signo, no podía desconocer que la cremación de los cadáveres en un anti-signo de la resurrección. No es que la incineración contradiga directamente la idea de la resurrección, pero ciertamente le roba todo el simbolismo de la inhumación” (Iota Unum-Romano Armenio)
“Tomaron entonces el cuerpo de Jesús y lo envolvieron con vendas, agregándole la mezcla de perfumes, según la costumbre de sepultar que tienen los judíos.”(Juan, 19-40)
Escuchaba hace poco, como una señora decía que ella prefería ser incinerada porque le daba miedo que la metieran en una caja y la dejaran en una sepultura. ¡Por Dios, nos entierran muertos, no vivos! O hemos visto muchas películas o estamos muy flojos espiritualmente. No parece que tengamos claro, que cuando fallecemos, el alma, en ese mismo momento, abandona el cuerpo y se dirige a su juicio particular. Comentaba el Santo Padre en una de sus audiencias, que deberíamos pararnos a pensar en “quién cerrará nuestros ojos”, haciendo alusión al momento de la muerte. Dado que hoy en día es un tema que levanta tanto pavor, es normal que su Santidad lance los mensajes como si fuéramos niños pequeños, pero Vds., vayan más allá, porque están a otro nivel ¿Qué quiso decir exactamente? Simplemente que debemos dejar previsto todo lo que concierne a nuestro cuerpo, porque lo relacionado con el alma, sino lo hemos hecho antes, poca solución tiene después. Si pensamos en ese instante, ¿A Vds. les gustaría que les metieran en un horno crematorio a 900 grados, repito, 900 grados y achicharraran su cuerpo como si fuésemos un faisán a la parrilla? Después de eso, díganme como alguien puede distinguir las cenizas, de la caja o de la ropa. Como una limpieza casera, todo al mismo cesto ¿No merecemos más respeto? Al final del artículo, pueden encontrar un enlace en el que se muestra el proceso de incineración de un cuerpo. Si Vds. van a decantarse por esta opción, lo normal y justo es que se informen y vean exactamente que es lo que pasa cuando se llevan el cuerpo, cierran la puerta y pasadas unas horas, nos devuelven una tarrina. ¿Qué hay ahí dentro exactamente, sigue siendo papá o es un compendio de varias cosas? ¡Centrémonos! “nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo”.“Corpus vestrum templum est Spiritus Sancti, qui in vobis est, quem habetis a Deo”(1 Corintios, 6-19)
Si volvemos a situarnos en la Biblia, imagínense la cara que le hubiera quedado a Nuestro Señor cuando se dirigió a la tumba de Lázaro, si le hubieran quitado una urna con las cenizas, ¿Qué habría pasado? Lázaro llevaba cuatro días en el sepulcro cuando el Señor obró el milagro. Los Evangelios no son un cuento de los Hermanos Grimm, narran fielmente la vida de Jesús.
“Lázaro, ven afuera”
“El muerto salió con los pies y las manos atados con vendas, y el rostro envuelto en un sudario” (Juan 11,44)
A lo largo de la historia, hemos visto como personas que murieron en olor de Santidad, al exhumar su cadáver, este, ha aparecido totalmente incorrupto, como por ejemplo, Bernardita Soubirous, Don Bosco, San Juan de la Cruz, o en el caso de Margarita María de Alacoque, su cerebro, la incorruptibilidad del cuerpo es una gran milagro, obra de Dios.
Unida a esta práctica totalmente pagana, de incinerar el cuerpo, surge también la idea de la supresión de los Funerales. Pueden Vds. preguntar en sus Parroquias si se siguen celebrando los mismos que hace unos años. Las empresas funerarias se encargan de todo y en una fría sala multiusos en la que se realizan actos de todo tipo, allí, se oficia una Misa, en muchos casos con el permiso de los Obispos, en otros, los Sacerdotes obrando por cuenta y riesgo desobedeciendo las normas…Se presentan las dos casuísticas. No obstante, lo que está claro es que siempre son Misas express, en veinte minutos se finaliza con lo que se considera un mero trámite y como la gente, precisamente lo ve así, como una formalidad, actualmente, la tendencia, es que están dejando de realizarse. En estos momentos, apenas se celebran Funerales, llegará un día, no muy lejano en el que no sabremos ni el significado de los mismos.
“La solicitud por los cadáveres, considerada obligación primaria de la piedad familiar, se remite a las funerarias. Han caído en desuso los ritos con que la Iglesia manifestaba la importancia otorgada al destino eterno, a la inmortalidad y a la resurrección. La familia, celebrada por la nueva teología como la Iglesia doméstica, ya no conoce ningún culto a los muertos” (Iota Unum-Romano Armenio)
Acudía esta semana al entierro del Padre Damián, Sacerdote perteneciente a la orden del Cister. Presenciar como los monjes despiden a un miembro de su comunidad, es una catequesis de cómo debe tratarse el cuerpo de un fallecido, hasta hace unas horas, lugar donde moraba un alma. Expuesto en una caja fúnebre en la Iglesia y con una Misa de Exequias, el Obispo, con Casulla negra, color que simboliza el duelo y no otros colores como exhiben muchos Sacerdotes, que son capaces hasta de salir de blanco en un funeral y cantar la Salve Rociera, como ya se ha visto recientemente. Un circo.
Créanme si les digo que es positivo que dejemos previsto todo esto, porque antes o después llega el día y sino queremos que le prendan fuego a nuestro cuerpo, si deseamos un entierro Cristiano y una Santa Misa en sufragio por nuestra alma, es mejor dejarlo todo planificado, ya que, en ocasiones la familia puede optar por una decisión muy contraria a la que nosotros hubiéramos tomado, acorde a nuestra vida de Católicos. Pensémoslo con calma. No se trata de juzgar ni de condenar, sino de
reflexionar.
“Las exequias eran una expresión de piedad y sufragio, y el cadáver era honrado con luces, inciensos, y aspersiones de agua bendita. No pronunciaba el sacerdote ningún elogio del difunto y más bien incluso les estaba prohibido quedarse a escuchar las oraciones fúnebres. La memoria y los sufragios por el difunto eran renovados in die septima e in die trigesima, y se celebraban los aniversarios cantándose también el oficio de los muertos” (Iota Unum-Romano Armenio)
Sonia Vázquez
Vídeo de una incineración
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¿Está mal incinerar a nuestros seres queridos? | Adelante la Fe
Última edición por Hyeronimus; 30/05/2015 a las 17:47
Nuestro cadáver merece una dignidad“Oro supplex et acclinis,
cor contritum quasi cinis:
gere curam mei finis.
Lacrimosa dies illa,
qua resurget ex favilla,
Judicandus homo reus.
huic ergo parce, Deus:
Pie Jesu Domine,
Dona eis réquiem. Amen”Cada vez es más frecuente entre nosotros, los Católicos, que nos dejemos contagiar por costumbres mundanas y que tan poco tienen que ver con nuestra Fe y con lo que nos manda la Iglesia. Estamos en el mes de Noviembre, en el que, especialmente, recordamos a las Benditas Ánimas del Purgatorio. La oración por nuestros difuntos y el recuerdo de su presencia entre nosotros, parece estar llamado a desaparecer.
De un tiempo a esta parte, se ha ido dando paso a las “ceremonias” civiles y hemos arrinconando lo que se nos ha transmitido de generación en generación, olvidando, incluso, lo que nos enseña el Catecismo y la Santa Madre Iglesia.
“Nuestro cuerpo, es Templo del Señor” y merece un respeto tanto en vida, como cuando ya somos cadáveres.Cada vez es más habitual la incineración y el esparcimiento de las cenizas de los difuntos por cualquier sitio de nuestra geografía: ríos, mares, montañas…O también, nos puede suceder, que nos encontremos tomando café en la casa de algún conocido y las cenizas del difunto estén al lado del azucarero, “es mamá”.
La Iglesia, permite la cremación y la exhumación, pero sin duda, el Católico, no debe perder de vista el ejemplo de Nuestro Señor: Su cuerpo fue depositado en un sepulcro y allí descansó hasta la resurrección. ¿No nos dice nada a nosotros todo esto? “José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia y lo depositó en un sepulcro nuevo que se había hecho cavar en la roca.”(Mateo, 27).Nuestro cuerpo, no es un escombro del que haya que librarse y dejar tirado por cualquier sitio. He acudido a alguna funeraria, en la que las cenizas de los difuntos han quedado allí, olvidadas, consciente o inconscientemente por parte de la familia y desafortunadamente, no son hechos aislados. Las familias recogen las posesiones, pero del cuerpo, que se ocupe otro.
“La Iglesia aconseja vivamente que se conserve la piadosa costumbre de sepultar el cadáver de los difuntos; sin embargo, no prohíbe la cremación, a no ser que haya sido elegida por razones contrarias a la doctrina Cristiana” (Código Derecho Canónico-Canon 1176)
Estamos obligados a enterrar a nuestros difuntos, así nos lo señalan las Obras de Misericordia ¿Cómo podemos tener los restos de una persona en la mesa de un salón, como quien tiene allí un cenicero? Algunos, arrojan las cenizas al mar, porque les parece más romántico, otros las esparcen por el monte…Un despropósito tal, que hasta medio ambiente ha tenido que avisar de la incorrección de todas estas acciones, ya que provocan contaminación. No hace muchos meses, veía anunciado en el periódico, una empresa que ofrecía distintas opciones para las cenizas del difunto, desde plantar un árbol en el que ponían una placa con el nombre del finado, hasta otras posibilidades más pintorescas. ¿Es que nuestro cuerpo es abono para las plantas? ¡Que pobreza espiritual llegar a estos extremos!…“Los cuerpos de los difuntos deben ser tratados con respeto y caridad en la fe y la esperanza de la resurrección. Enterrar a los muertos es una obra de misericordia corporal que honra a los hijos de Dios, templos del Espíritu Santo” (Catecismo de la Iglesia Católica, 2300)
Y como siempre, hasta en nuestros ambientes parroquiales, nos encontramos con que hay personas que dicen que la Iglesia, no tiene que opinar de esto. ¿De qué debería opinar entonces la Iglesia, sino es de las cosas de Dios? ¿No se debe preocupar una Madre por sus hijos?
Nunca se despreció tanto, el cuerpo y la memoria de nuestros antepasados, como hoy en día. El objetivo es olvidar cuánto antes y “quitarnos el muerto de encima”, nunca mejor dicho.
Desde niña acudo al cementerio, tal y como me lo transmitieron mis padres, para rezar, no solo por mis difuntos, sino por todas las Almas que lo puedan necesitar. Un paseo por el Campo Santo, nos hace ir leyendo los nombres que figuran en las lápidas, e ir uniéndolos a nuestras oraciones, mientras vamos rezando el Santo Rosario. Gente que falleció en otro siglo, personas que ya nadie reza por ellas…Todo un sinfín de posibilidades para un Católico. ¿Cómo podemos plantearnos no darle un sitio digno al cuerpo de nuestros propios familiares? No es raro escuchar que el deseo del finado era ser esparcido ¿Puede alguien querer que su cuerpo no sea tratado con dignidad, cuando se habla tanto, incorrectamente, de “muerte digna”? Hoy en día vemos hasta cementerios para perros en los cuales, se les hace hasta una ceremonia ¿No merecen los Hijos de Dios, más honra que el cadáver de un animal? La dignidad estriba en que nuestro cuerpo, sea tratado con respeto.
Con cuánto celo y amor se enterraron los cuerpos de San Juan Bosco, Teresita de Liseaux, Santa Bernardita, entre otros, y gracias a ello, hoy, son venerados de manera pública por todos nosotros. ¿Qué hubiera pasado si los hubieran arrojado al mar?
La sola imagen del cuerpo de estos Santos, nos invitan a luchar por nuestra propia Santidad. En los casos de incorruptibilidad de sus cuerpos, queda demostrado, contra toda ciencia, que no son propiedad nuestra, sino de Dios y por Él, debemos darles la Gloria que merecen.
“Muchas almas difuntas se sentían aliviadas al ver gente orante en los cementerios. Aunque sus oraciones no estaban dirigidas a ellos” (Visiones de la Beata Ana Catalina Emmerich)
Sonia Vázquez
Nuestro cadáver merece una dignidad | Adelante la Fe
¿Incineración de los difuntos? No
Por Padre Ildefonso De Asís
08/05/2022
La costumbre de incinerar a los difuntos se ha extendido ya de tal manera que casi se ha convertido en un supuesto de hecho para la gran mayoría de los católicos. En breves líneas quiero exhortar las conciencias sobre este particular asunto para decantarme sin duda alguna por el NO a la incineración, y lo hago a través de los siguientes argumentos concretos:
1: Pensemos que, normalmente, quemamos lo que no queremos, lo que ya no nos sirve. Apliquemos ese pensamiento a nuestros seres queridos difuntos y, al incinerarlos, consideremos si el horno crematorio es realmente un signo de cariño hacia ellos.
2: La incineración de los cadáveres era una forma común de enterrar en las culturas pre-cristianas. En la más cercana a occidente tenemos la tradición griega antigua y las enormes piras funerarias donde se depositaba a los cuerpos difuntos. Y el motivo era más profundo de lo que superficialmente parecía: la falta de fe en la resurrección de los cuerpos. Muchos creían en la vida eterna, si, pero donde solo cabían los espíritus y no los cuerpos. Gran novedad del cristianismo es la dignidad excelsa del cuerpo llamado a la resurrección unido al alma. Jesucristo tuvo cuerpo humano que ha resucitado y habita para siempre en el cielo. La encarnación del Hijo de Dios debiera ser punto de reflexión en el rechazo a la incineración.
3: A lo largo de la historia ha habido no pocos casos de santos cuyos cuerpos permanecen incorruptos al morir, como signo milagroso de su santidad. Si hubieran sido incinerados se habría perdido para siempre esa oportunidad de afianzar la Fe que la Divina Providencia dispone para algunos santos.
4: Vamos a la parte más “profana/práctica”. Aconsejo que busquen por google una incineración y la vean en detalle. Observen con que desdén y vulgaridad se trituran los huesos de los difuntos; sepan que durante varias horas los familiares han de esperar en las salas anexas a los hornos a que se acabe el “proceso, y asuman igualmente que lo que reciben los familiares en el recipiente puede ser algo así como una mezcla de cenizas del difuntos junto a otros materiales quemados y quien sabe si sumados a cenizas de otros difuntos.
5: Sigamos con la parte práctica. Algunos prefieren la incineración porque temen ser enterrados vivos como si aún la ciencia médica no hubiese avanzado desde el siglo XIX. Y aún en el hipotético caso de que se diera debiera pensarse que ha de ser mucho más terrible despertarse en una hoguera que en un féretro donde incluso podría haber opción de salvarse de la asfixia.
Deberíamos hacer una reflexión profunda sobre hasta que punto ha penetrado en la conciencia general de los católicos una tremenda paganización del hecho cierto de la muerte. La tradición católica se bien segura y nos debe marcar el camino a seguir cuando tengamos cerca un ser querido próximo al fallecimiento. Desde esa reflexión hemos de recuperar, con firmeza, el ejercicio de la caridad fraterna desde la Fe y la Esperanza:
– Procurando que quien vaya a morir reciba la confesión si aún está consciente
– Velando el cuerpo fallecido con oraciones y aplicación de indulgencias
– Solicitando exequias dignas con Misa en templo parroquial
– Enterrando el cuerpo (obra de misericordia) con inhumación en campo sagrado
Desterremos esta gradual y ascendente secularización de la muerte que ya se ha impuesto en una mayoría
* Buscando solo el alivio corporal del que va a morir y privándolo de la importantísima ayuda espiritual en ese momento calve de su vida
* Dejando el cuerpo fallecido en “velatorios” donde desaparece la oración para dar paso solo al acto social
* Procurando que el ministro ordenado celebrante de la exequia pida oraciones por el difunto sin hacer “profecías” de su salvación y/o adelantando groseramente su beatificación
* Incinerando finalmente ese cuerpo difunto y, de ese modo, disminuyendo la Fe cierta de su resurrección futura
https://adelantelafe.com/incineracio...s-difuntos-no/
El estado de Nueva York, a punto de aprobar una ley para que los cadáveres humanos sirvan como abono natural
Kathy Hochul, gobernadora del estado de Nueva York.
El estado de Nueva York está a punto de aprobar una ley que permite el compostaje de cadáveres humanos como alternativa al entierro o la cremación, y solo falta la aprobación por parte de la gobernadora del estado, Kathy Hochul.
El proyecto ya ha sido aprobado por el Senado y la Asamblea estatal en la pasada sesión pero aún está siendo revisado por Hochul; una vez aprobado, convertirá a Nueva York en el sexto estado en ofrecer esa alternativa a sus residentes, tras Washington, Colorado, Oregon, Vermont y California.
Esta nueva alternativa se conoce como “reducción orgánica natural” y está pensada para que los restos humanos sirvan como abono natural de bosques u otros terrenos para aquellos con elevada conciencia ecológica.
Los defensores de esta ley -que ya cuenta con la oposición de la Iglesia Católica, por considerar que quita dignidad al tratamiento del cadáver- están presionando a Hochul para que acelere el trámite, que se traduciría en un permiso especial para que los cementerios traten los cadáveres.
También se han opuesto la Asociación de Directores de Funerarias, en su caso por considerar “injusto” el monopolio que tendrán los cementerios: “Deberíamos poder ofrecerlo a nuestros consumidores de la misma manera que cualquier otra persona podría hacerlo”, dijo al diario Times Union el presidente de la Asociación, David Parente.
Quienes defienden el proyecto argumentan que hay un creciente interés en las alternativas ecológicas al entierro, para evitar los ataúdes hechos de materiales no biodegradables o, en el caso de la cremación, procesos que implican generar 200 kilogramos o más de dióxido de carbono, lo que equivale a manejar cientos de millas en un automóvil.
En este proceso de compostaje, el cadáver se coloca dentro de un recipiente especial sobre astillas de madera, que también se cubre con más astillas y alfalfa, y los microbios lo descomponen de forma natural. En algunos casos, se incluyen flores de los familiares.
Después, el contenedor se sella herméticamente mientras se controla regularmente la temperatura y la humedad dentro del recipiente.
El proceso de descomposición puede tardar un mes y medio y cuesta unos 7.000 dólares (unos 7.205 euros al cambio actual), de acuerdo con Recompose, una empresa de Seattle que ofrece este servicio.
De acuerdo con su página, el compostaje donado por sus clientes apoya la revitalización continua de humedales, hábitats ribereños, plantas nativas y especies de vida silvestre vulnerables.
Algunas familias toman una pequeña porción del compostaje como recuerdo, lo mismo que se hace con las cenizas.
https://www.alertadigital.com/2022/1...abono-natural/
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