El problema no es la Comisión Europea, que cada vez pinta menos, sino que el continente entero (la eurozona) se encuentre arrodillada ante el creciente poderío de los alemanes que son quienes realmente controlan nuestra soberanía. Cada vez pinta más que a pesar de dos guerras mundiales, al final han sido ellos los que han ganado la partida.
Europeísmo y germanofilia son dos términos perfectamente intercambiables, el europeísta o alemanizado, como se prefiera, es aquel que ha infiltrado la cancerosa ideología nacional-alemana en este país, una ideología cuyo único propósito consiste en someter y dominar a todos los pueblos de Europa.
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