Sr. Alacrán:
Como se puede imponer algo a alguien que también lo quiere? Esto es lo que vengo diciendo desde mi primero comentario: Agencia FARO ataca al Vaticano como se hubiese negado un concordato promotor de la confesionalidad católica de un estado que lo haya solicitado. Esto sí es imponer aconfesionalidad; y sólo en una tal situación se podría aplicar tal expresión al caso de Liechtenstein. Lo ha requerido el Príncipe de Liechtenstein?(por señal, primo del Duque de Bragança, ojo!) Lo ha requerido su Gobierno o el Parlamento de Vaduz?
Dígame también Sr. Alacrán, le ruego, cuáles otros estados han solicitado concordatos confesionales que han sido negados por el Vaticano? Cuales tenían concordatos confesionales que han cambiado, por iniciativa del Vaticano y contra su voluntad soberana? Si un estado se imponer la obligatoriedad de que su soberano o jefe debe profesar la religión católica para serlo, para qué necesita de la aprobación del Vaticano?
Estamos echando en el Vaticano conciliar culpas que son nuestras, Sr. Alacrán. Si queremos estados confesionales, con unidad religiosa, tenemos de conquistarlo nosotros, en nuestros países, pasando de lo que diga el Vaticano. Además, no vale de mucho luchar contra el liberalismo en la Iglesia sin luchar contra el liberalismo fuera de ella; sin derrotar la revolución habrá un Vaticano III, un Vaticano V y un Vaticano XX si necesario fuere.
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