Re: Atentado terrorista en Francia ¿Seremos los siguientes?.

Iniciado por
Hyeronimus
Habrá que desprenderse de muchas cosas superfluas para sobrevivir como civilización, si es que esto lo sigue siendo. Pero lo bueno de los atisbos de apocalipsis es que ayudan a ver mejor lo superfluo.
Nuestro mayor problema es que somos una generación nacida en una de esas épocas rarísimas de la historia: durante un largo paréntesis de paz y bonanza material. No creo que estemos preparados para el retorno a la normalidad, pero rezaré por ello. En los cuerpos y en los espíritus, estamos en guerra. Nunca dejamos de estarlo. La guerra, en este mundo caído, no tiene fin. Ellos lo saben. A nosotros nos toca recordarlo.
"Bienvenidos los tiempos difíciles por que serán la depuración de los cobardes", posiblemente estas palabras de José Antonio van a ser premonitorias, pues el lastre del que hay que desprenderse es el materialismo hedonista que impregna e infecta a medio mundo, el mismo que ha convertido a los hombres libres en "ciudadanos democráticos", o lo que es igual, en "hormigas obedientes" y sin valores de esta sociedad degenerada. Habrá que investirse de nuevo de "cruzadismo", pero del bueno, del que significa el retorno a la fe verdadera, al valor personal, al mismo que exige, llegado el caso, el sacrificio para así poder combatir a esta legión de demonios que desatados se están desparramando por el mundo.
Buscar culpables, encontrar a quienes han criado tanto cuervo que ahora nos quieren sacar los ojos, es la misión de otros. La nuestra es la de mirar hacia adelante, hacia el destino de la Humanidad que alumbra en un horizonte de tiempos apocalípticos y que no parecen ya lejanos. Entiendo perfectamente el horror que inspira esta idea y la impotencia añadida en los jóvenes que empiezan a ver su futuro no sólo como algo incierto a causa de la economía, sino con la desesperanza del que siente que no hay futuro. Y la desesperanza de otros muchos ante la perspectiva que espera a sus hijos. Así pues habrá que despojarse de todo lo superfluo, pues lo esencial pide paso para el rearme moral y el físico también. No me des un móvil inútil y si un fusil de asalto y enséñame como empuñarlo para defender mi fe y mi patria.
Ha llegado pues el momento de elegir, de optar entre la moral de un esclavo o la de un cruzado. Cuando lleguen las elecciones de diciembre mira a quien votas, si a los partidos con moral de esclavos o las opciones de los cruzados. Es momento de explicar a estos genocidas que afirman haber matado "cruzados", que no lo han hecho, que los asesinados en nombre de su falsa religión no son cruzados precisamente, sino esclavos de esta decadente sociedad. ¿Quieren cruzados? pues vamos a darles cruzados y todo empieza por las palabras antes que por los hechos.
¡Viva Cristo Rey!
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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