Re: Ante el 26-J
Resulta obvio que nadie con los pies en el suelo espera que los militares hagan nada. La situación de hoy es totalmente distinta a la de 1936, aunque como suelo repetir muchas veces la historia se repite no en los personajes y acontecimientos singulares, pero si en las situaciones morales. Hoy la situación está mucho más centrada en la integración de los Estados en entidades supraestatales, de tal modo el Ejército español no es ya aquella institución de los Tercios de Flandes o de los héroes de Filipinas. Hoy el Ejército español es parte de la OTAN, y será parte del futuro ejército europeo. Hoy vigilamos el espacio aéreo de las Repúblicas Bálticas para que Rusia no lo viole y mañana cualquiera sabe qué. Creo recordar que comenté que hace algo más de un año estaba entrando en una instalación hospitalaria de Madrid y me llamó la atención el sonido de los rotores de un helicóptero que volaba bajo. Levanté la vista y vi una unidad de la Lutwaffe, no del Ejército español.
El posteo que incluye esa carta de J. Antonio Primo de Rivera está contenida en un artículo del Diario "YA", tal y como se puede ver en el enlace que puse en mi primer mensaje. Lo que aquí interesa es destacar la necesidad de cambiar las cosas. Tenemos esa segunda vuelta forzosa el 26-J por el manifiesto fracaso del Régimen, de la ineptitud de esas organizaciones llamadas partidos a los que los españoles les importan un pito, por la incapacidad de un montón de aficionadillos al politiqueo de barra de bar o de mesa en la taberna. Esa necesidad es la que está pidiendo España y para satisfacerla hay que empezar a movilizarse. En diciembre unos 9'5 millones de españoles se quedaron en casa regalando así una patente de corso a quienes si se movilizaron en pro de los más diversos intereses espurios, y eso es lo que no se puede tolerar. Lamentablemente los argumentos a favor de la abstención no son válidos en la situación actual. Decía en mi anterior mensaje que la abstención no implica exención fiscal, o sea, claramente, pagando impuestos se sigue sosteniendo el régimen y el sistema y, además, para recochineo, el abstencionista con cuenta, no existe, desaparece de la vida pública. Ya se dirá, pues, para qué rábanos sirve quedarse en casa, ¿para satisfacción moral, para regodeo con frotamiento de manos? Más bien para nada, para darle la espalda a España.
Y con ello planteaba que hay que apoyar las organizaciones que ya existen, unas más serias, otras más..., lo que sea. Pero nadie, en ninguna de ellas van a mover un dedo, o directamente es que no pueden, si no tienen apoyo en los votos. Por otro lado, el argumento cierto de que los votos que no obtienen representación también son inútiles y van a parar a formaciones indeseables, tampoco tiene peso si lo vemos de otra manera: imaginemos que por una vez 300 ó 400 mil votantes patriotas se movilizan, ¿cuáles serían las consecuencias? Pienso que varias: miedo en toda la chusma... ¡¡¡ qué vienen los fachas, que vienen los fachas !!!. Otra, el estímulo para que las organizaciones patrióticas ya existentes empiecen a movilizarse. Tres, la propia Prensa empezaría a interesarse. Cuatro, en el exterior otros movimientos empezarían a mirar hacia nosotros, mientras que por ahora no existimos para nadie.
Mi interés por el voto obligatorio, que tanto fastidia a muchos y que, curiosamente, no interesa para nada a los partidos políticos del régimen, por eso soy tan insistente y estoy poniendo todo el empeño en generar clima de opinión, y no sólo aquí y desde aquí.
Última edición por Valmadian; 21/05/2016 a las 00:02
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
Marcadores