No tiene sentido alguno defender a Trump más allá del razonamiento pragmático, ya que se trata al final de no hacer nada o de hacer algo que no por principio sino por circunstancias crees que te va a favorecer. Volviendo al ejemplo de hace unas semanas, Tamerlán no tiene nada de bueno pero conviene que derrote a los turcos. Pero aunque Tamerlán gane ¿quién te dice que luego no va a arrasar Roma también? No se puede saber.
Desde un aspecto moral no hay obligación alguna, tampoco creo que nadie dijera en su día que era pecado no luchar en el ejército de Constantino, y obviamente Constantino era mejor que Trump. Aquí es una cuestión prudencial.
Otro aspecto a tener en cuenta son los efectos colaterales de la derrota. Los nazis no eran católicos, pero su derrota suposo la derrota de muchas cosas que sí lo eran y que habían sido asociadas a ellos, como se explicó en un hilo en este foro. La derrota de Trump puede suponer el hundimiento de más cosas que el propio Trump. Y se empeora si encima son los propios católicos los que deciden atarse de esa forma imprudente.
Lo que no está tan claro son los efectos colaterales de la victoria. Por décadas, quizá ya siglos, los católicos se han sumado a bandos y guerras de gente que no era suya (generalmente liberales conservadores) con la esperanza de tener beneficios colaterales de sus victorias, cosa que nunca ha pasado. Con Constantino los cristianos sí tenían su propio plan político que iba más allá de que Constantino ganara, eso no sucede a día de hoy. Por eso probablemente dará igual que gane Trump igual que da igual que el PP todas las elecciones de los próximos 100 años, porque no hay objetivo político propio, sólo somos tropas auxiliares de guerras ajenas.
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