La última ‘garzonada’ cuenta con el rechazo de Jueces para la Democracia

<DIV align=justify><FONT face="Arial, Helvetica, sans-serif" size=2>El Valle de los Caídos tiene listas de enterrados
La crisis debe ser más profunda de lo que se pensaba. Si se pretendía distraer la atención del mal dato de paro, objetivo logrado. Porque, ¿qué es lo que pretende el magistrado estrella? Si pretende perseguir delitos de genocidio, tendrá que saber quién es el posible culpable. Si pretende encontrar a los familiares de determinadas personas, el camino no es el adecuado. Más bien debería ser la administración la que hiciera ese trabajo. Es lo que viene a decir Jueces para la Democracia.
Otra cosa es discutir si es prudente a estas alturas remover las tumbas de nuestros antepasados. ¿Reconciliación? ¿Espíritu de la Transición?

Por otra parte, está el Valle de los Caídos. Sí, los monjes tienen un registro. Pero sólo tienen uno, escrito a mano y de momento no informatizado. Ellos son los garantes legales de ese registro. ¿Debe salir de sus dependencias por una ‘garzonada’? Ese es el debate.

Y por cierto, el proyecto de la vicepresidenta de reconvertir el Valle de los Caídos en un centro de reinterpretación histórica se encuentra en vía muerta. La razón es que aunque el Valle es propiedad de Patrimonio Nacional, la Abadía es de todo el recinto. Y el abad ya ha advertido que de ahí no se va; en todo caso ‘le van’.


Vedette Garzón

Como la crisis económica dure mucho tiempo, Rodríguez Zapatero, o Baltasar Garzón, que viene a ser lo mismo, ordenarán la quema de conventos y la expropiación de templos. Eso sí, a favor del pueblo, claro está.

Nadie como Felipe González comprendió al juez Garzón una vedette que, si no fuera por miedo, sería la novia en la boda, el niño en el bautizo y el muerto en el entierro.
Exactamente, ¿qué es lo que pretende el juez? Si quiere información sobre represaliados por la Guerra Civil no tiene más que acudir a los archivos. Si quiere información sobre los enterrados en el Valle de los Caídos que se los pida a los monjes benedictinos que lo custodian.

Pero hay algo más importante que late al fondo: las dos españas no terminarán hasta que los republicanos, ancestros del PSOE actual, así como del PCE, no reconozcan que su odio a la Iglesia les llevó a asesinar a católicos por el mero hecho de serlo. No fueron unos incontrolados los que masacraron de curas, monjes y seglares y profanaron sagrarios e incendiarion monasterios. Fue un Régimen, una serie de Gobiernos, que lo alentó y permitió.

La Transición no terminará hasta que se produzca ese reconocimiento. Sencillamente, porque es la verdad.

Lo de ZP y Garzón no es un alto en el camino hacia la reconciliación nacional, es una vuelva atrás. Eso sí, don Baltasar volverá a salir en la tele... que era de lo que se trataba.

Eulogio López


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