No es tan fácil. Me explico. La asignatura de EpC es intrínsecamente mala, la Formación del Espíritu Nacional no lo era, y está claro que aunque el hombre sabe que debe hacer el bien y evitar al mal, la inclinación natural --consecuencia del pecado original-- del hombre es hacer lo malo. Sin caer en el jansenismo, la naturaleza si bien corrompida puede elevarse por la gracia, esto hace que el bien se olvide pronto y se haga el mal. El adocenamiento de los sesenta pasó pronto su factura.
Por otro lado esta asignatura está concebida para destruir, todavía más, la moralidad y responde a un plan metódico perversamente trazado. Si bien ahora la asignatura, en la forma de sus contenidos y en su pedagogía, no está caracterizada por la uniformidad, bien pronto lo estará, pues, no hay que perder de vista que la intención gubernamental, a medio y largo plazo, es que los profesores sean nombrados por el Estado, no por los colegios y que sean los docentes los inspectores sociales, los comisarios políticos, de la buena marcha de la introducción del veneno en los más débiles. Es muy fácil hablar cuando uno tiene 40, 50 ó 60 años, pero no hay que perder de vista que el objetivo son los niños, los más indefensos y los que absorben la educación como esponjas en sus primeras etapas de maduramiento social y afectivo.
Así que resumiendo: de estupenda ocasión, ni de broma. Eso de que la TV hace más daño es no tener en consideración que tanto la TV como esta asignatura son fases de un plan metódico, no disgregables, de esclavizar al hombre a sus pasiones, a su ignorancia, al diablo.
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