Madrid, octubre 2009, mes del Santo Rosario. Publicamos a continuación la rectificación enviada por el profesor Juan Cayón, patrono de la Fundación Francisco Elías de Tejada, a la revista Arbil, con motivo de un texto editado en su número 120. Al no haber sido publicado en ninguno de los dos números que le han seguido, considera el profesor Cayón, y comparte con él la redacción de FARO, que es conveniente se difunda por otros medios, en honor de la verdad.


Sr. Director:

En el número 120 de la revista de su digna dirección se publica un artículo firmado por don José Martín Brocos Fernández titulado "Una pequeña historia del Carlismo del siglo XX a través de tres semblanzas: Tomás Domínguez Arévalo, José María Arauz de Robles y Francisco Elías de Tejada". El texto presenta a mi juicio graves deficiencias, tan grandes que quizá hubiera sido preferible que el autor no lo hubiera entregado para su edición para no quedar en entredicho. Sin pretender detallarlas aquí todas, me voy a limitar a subrayar sólo algunas, muy evidentes, pero que no deben quedar sin la conveniente aclaración.

1. Para empezar, no es acertada la selección de los tres personajes al objeto de trazar una pequeña historia del carlismo del siglo XX. Se trata de personalidades que, pese a lo que se afirma sin demostración o siquiera explicación, en modo alguno representan "paradigmas de los diferentes modelos de desarrollar el carlismo". Son personajes tan heterogéneos que sólo alguien no familiarizado en absoluto con el carlismo y su historia podría haberlos elegido para formar una pequeña historia del mismo en el siglo XX. Además, al hurtarse al lector el telón de fondo de las vicisitudes de la Comunión Tradicionalista en la segunda mitad del siglo XX, la presentación resulta no sólo confusa sino además inadecuada para una correcta comprensión de la realidad.

2. Pero a la grave falta de criterio anterior se suma inmediatamente otra de no poca importancia. Pues las semblanzas biográficas, además de mal escritas, están totalmente deslavazadas y sólo ofrecen un agregado de datos no suficientemente articulados ni jerarquizados. Las comunicaciones orales que se expresan (y las que se adivinan), ciertamente interesantes, debieran haber sido integradas y presentadas de otro modo. Comprendo que podría pensarse se trata de una cuestión de estilo, pero en este caso considero que la mera acumulación de datos no siempre ciertos afecta al resultado global del artículo de forma muy negativa.

3. No queremos ni podríamos en breve texto pasar de lo anterior al detalle, tal es el número de deficiencias que contiene el artículo. Permítaseme sin embargo, a título de ejemplo, sólo dos, de la semblanza de Francisco Elías de Tejada.

El primero, que no tiene particular relevancia, si no fuera por lo que muestra del antes dicho desconocimiento total del contexto del asunto sobre el que escribe D. José Martín Brocos Fernández, consiste en que don José Arturo Márquez de Prado, Pepe Arturo para sus numerosos amigos, queda convertido en "Arturo" Márquez de Prado.

El segundo es expresivo de ciertos prejuicios del autor de los que obviamente no puede escapar. Se encuentra en el siguiente párrafo, por cierto de penosa factura: "Aunque políticamente milita en la Comunión Tradicionalista, Francisco Elías de Tejada, que ya había dado conferencia en la sede de Fuerza Nueva, en la sede de la calle Velázquez, en Madrid, amigablemente franquista en sus últimos años, firme defensor del Estado del 18 de julio y consciente de que el partido Fuerza Nueva, presidido por el notario D. Blas Piñar López, defiende el franquismo, recogiendo las más puras esencias del ideario carlista, los principios de la Tradición que él siempre sostuvo, llega a presentar en mayo de 1977 su candidatura como Senador por Sevilla en las filas del partido Fuerza Nueva, encabezando la lista (...)". Es muy dueño el señor Brocos de simpatizar con Fuerza Nueva y su fundador, faltaría más. Pero no lo es de forzar las cosas del modo que hace en el párrafo anterior, contrario a la verdad, sólo porque para él Fuerza Nueva sea el centro del universo político. Para empezar, que en los años sesenta y setenta hubo una cierta convergencia de los tradicionalistas con D. Blas Piñar para combatir el progresismo religioso es cosa sabida. Y muy razonable, y sin duda generoso, desde el punto de vista del tradicionalismo. Esa convergencia se concretó en que algunos tradicionalistas dieron (a veces incluso con frecuencia) conferencias en las distintas sedes de Fuerza Nueva. Allí, como en otros muchos sitios, lo que en modo alguno debe entenderse como una afiliación o integración. Ese es el primer quid pro quo del autor, que quiere ver por causa de sus preferencias más de lo que hay en hechos de escasa relevancia real. Convertir, a continuación, a Elías de Tejada en "amigablemente franquista en los últimos años" es, sin embargo, una falsificación pura y simple. Elías de Tejada, en política concreta, fue relativamente bullicioso, pero nunca "amigablemente franquista". Tan es así que si el señor Brocos hubiera tenido algo más de conocimiento (o algo menos de innecesaria ideologización) hubiera sido más cuidadoso en ligar esa afirmación con el hecho de que presentara su candidatura "como senador por Sevilla en las filas del partido Fuerza Nueva". Para empezar, no eran las filas, ni siquiera las listas, del partido Fuerza Nueva, puesto que como es sabido se trataba en realidad de una coalición improvisada "Alianza Nacional 18 de Julio", en la que los carlistas fueron autorizados (por Don Sixto, como describe en otro párrafo, por cierto no menos equívoco y falaz) a participar sólo como independientes. Lo dice el propio D. Blas Piñar en sus memorias (cfr. Por España entera, págs. 201-202). Pero es que el señor Brocos o no ha leído las memorias de su admirado D. Blas, o prefiere la invención a la realidad, pues en otro caso no ignoraría que Elías de Tejada no llegó a presentarse a esas elecciones en esa lista, ya que renunció antes. ¿Por qué? Lo transcribe Piñar: "La nota que Francisco Elías de Tejada facilitó a los medios informativos y que tomo de El País, de 1 de junio de 1977, decía así: Después de ver un anuncio de 'Alianza Nacional 18 de Julio', en el que se afirmaba que es fiel al pensamiento de Franco, siendo así que, al ser yo carlista, pienso que Franco ha sido, con Maroto, el hombre más enemigo que el carlismo haya tenido, decidí retirar mi candidatura". He ahí al "franquista amigable en sus últimos años".

Siento, Sr. Director, tener que realizar estas aclaraciones, que le ruego difunda en su medio, pero el honor a la verdad así lo exige.



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Agencia FARO