La letra da para profunda “meditación” y “confusión”.

Pienso en que esa multitud que aplaudía son precisamente hijos de ese “progreso”.
¿Por qué aplauden? Ninguno de ellos estaría dispuesto a volver a la vida de sus abuelos, ni siquiera a la de sus padres.

Y a nosotros, que ya supongo mayorcitos, ¿nos gustaría volver a labrar la tierra, etc.? Con lo cómodo que es esto de pasarse horas ante el ordenador (la ordenadora, decía hace unos días un embajador hispanoamericano) charlando e inventando excusas para mantenernos ante él.

Y los cantantes y músicos del grupo, que dirían si tuvieran que dejar sus instrumentos y tomar el mango de un arado en las manos.

Y todos los que nos hemos ingeniado para sólo tener dos o tres hijos, ¿Qué pensaríamos si tuviéramos que dar marcha atrás a la moviola de nuestras vida y vernos padre de doce hijos?

Decididamente cero que nadie cambiaría “voluntariamente” nuestro “progreso” por la forma de vida de nuestros ancestros más cercanos. Y digo “voluntariamente” por que de seguir el rumbo que llevamos es posible que tengamos que hacerlo forzosamente. A mí difícilmente me puede tocar pero sufro pensando en mis hijos y nietos. También he escrito progreso entre comillas, porque la verdad es que es una palabra con gran carga de utopía.

Y de “confusión” ¿qué? Pues eso que es de lo que más tengo, he llegado a una situación en que todo son dudas, no veo todo oscuro. Dice San Pablo en Romanos 13: “12 La noche está avanzada. El día se avecina. Despojémonos, pues, de las obras de las tinieblas y revistámonos de las armas de la luz.” Estamos dispuestos a despojarnos de “las tinieblas” y tomar “las armas de la luz”

¿Cuáles son las tinieblas que hoy nos envuelven? ¿Cuáles las armas que debemos tomar? Dice el versículo que las “de la luz” Pero la luz del progreso nos tiene cegados y no vemos lo que hay alrededor y si lo vemos miramos para otro lado porque nos disgusta lo que vemos.

Perdonad por esta extraña perorata, escribo a sentimiento y más con el corazón que con la razón. Quizás el único que me entienda sea yo, aunque a veces hasta esto dudo.