Re: UPyD, ¿voto estratégico?

Iniciado por
Rodrigo
Unidad, sí, pero con una ley electoral que perpetúa un bipartidismo con bisagra separatista no hay nada que hacer y eso lo sabemos todos. De nada sirve que se coaligue la CTC con AES o con Solidaridad y Autogestión Internacionalista o Familia y Vida. El resultado será el de siempre porque la mayoría de la gente que defiende los principios no negociables se suma al carro del PP o se abstienen. Con otra ley electoral otro gallo cantaría...
Vamos a ver Rodrigo, comencemos por el hecho de que no existen los partidos católicos. Existen formaciones que afirman que sus principios y programas siguen la Doctrina Católica, pero ninguno es un partido "eclesiástico" ya que ello no se ajustaría a la misión de La Iglesia.
Segundo, las siglas que has mencionado no tienen mucho que ver entre ellas y, más todavía, ningún grupo político carlista se unirá a otro que no lo sea específicamente.
Tercero, con otra ley electoral el sistema seguirá siendo el mismo y el régimen también. No es por tanto cuestión de leyes electorales, sino de cómo está configurado e instalado el Sistema y, dentro de éste, como está adaptado el Régimen al Sistema, es una pieza más del puzzle mundial.
Cuarto, habría que cambiar la mentalidad del votante para que se produjeran unos mínimos cambios dentro del Régimen que tampoco nos resultarían satisfactorios. Y ese cambio debería empezar en el colegio, o sea, estaríamos ante la necesidad de una generación como mínimo para lograrlo.
Quinto, desde 1976 y desde posiciones de derecha y de izquierda no adaptadas a la situación emergente de entonces, se han venido buscando soluciones inútilmente, se han barajado todas las alternativas posibles para nada, para volver al mismo sitio. En su día, Blas PIÑAR logró un escaño con un número de votos similar al obtenido por el PNV, que logró grupo parlamentario, y el motivo fue porque se hace una discriminación positiva en favor de los grupos nacionalistas, que forman parte del Régimen. Y, si el Senado desapareciese --Cámara de representación territorial--, esos nacionalistas aún reclamarían más cuota de presencia en el Congreso.
Sexto, no es ninguna solución votar a favor de un partido o de tres, tanto me da, que también forman parte del Sistema y del Régimen ¿o es que crees que UPyD no es "más de lo mismo" que los otros? Por otra parte, a mi como carlista, me repugna la idea pues va contra mis principios doctrinales y personales. Los "valores" que dicen representar son justamente opuestos a los míos.
Séptimo, no es la primera vez, ni será la última, que el pueblo va por un lado y el "establishment" por otro. Pero con una diferencia esencial en estos momentos, que eso que llamamos "pueblo" está con el Sistema.
Por analogía esto es como el vicio de fumar. Para dejar el tabaco o se abandona de golpe y con una fuerza de voluntad enorme en el empeño, o no sirve de nada. El "hoy un poquito menos", o ese "mientras trabajo, conduzco o lo que sea, no fumo" siempre será inútil, o se deja o no se puede. Pues con el Sistema y el Régimen pasa algo similar. Intentar cambiar la ley electoral no lleva a nada, a "tres pitillos menos al día durante una semana a lo sumo", es decir, o se cambia todo de raíz --revolución al canto--, o no hay nada que hacer.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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