Desde luego, yo suelo explorar bastante por la Red. Me detengo en sitios que me parecen "provocadores", obviamente no me registro, y no puedo evitar un sentimiento de horror. La televisión es nefasta en muchos aspectos, en efecto, anula o adormece voluntades, pero lo de las redes sociales es un terreno diabólico. He llegado a la convicción de que es el instrumento de Satanás: llega a todo el globo; la mayor parte de la gente está totalmente idiotizada; en efecto, la mayoría cree que sabe algo y no sabe ab-so-lu-ta-men-te de nada y, al respecto, no es difícil comprobar como cualquier indocumentado le discute al arquitecto, al médico, al ingeniero, al astrofísico, al abogado... y no digamos nada si el replicado es un profesor, un sociólogo, un fotógrafo profesional o un mecánico de coches. Da igual, no les importa el ridículo, primero porque no saben que lo están haciendo, en segundo lugar, porque se amparan en un anonimato que hace salir todas sus lacras y deficiencias sin que nadie se las pueda asociar.

Además, hay otra gente, mucho más perversa, que se está aprovechando del caos que ya hay para difundir más caos todavía. Hay una clara intencionalidad en todo ello, y esto, es la antesala del Infierno.