La cosa puede ser parecida, mi estimado Ordóñez, pero con el voto no obligatorio, te permiten al menos no formar parte, ni ser "cómplice" de las iniquidades del sistema y lo más importante: quedarte con tu cinciencia tranquila al respecto.
En este sentido pienso igual que Leopoldo Lugones (el de la última etapa): el voto no debería ser ni obligatorio ni universal (sobre todo esto último, agrego yo)
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