Para un tradicionalista la Utopía no existe.
Cosas más grandes se han logrado, cosas que eran impensables antes de hacerlas.
Para un tradicionalista la Utopía no existe.
Cosas más grandes se han logrado, cosas que eran impensables antes de hacerlas.
Desde luego, supera conceptualmente a la mónada de Trevijano, que se salta cualquiera de los cuerpos intermedios estableciendo un engendro formal, sin contenido de vínculo real basada en el colegio electoral como unidad de poder básico. Absurdo.
Pero si el trevijanismo se salta el ayuntamiento o el concejo, aunque los ácratas consideren el primero... también se saltan la familia. Pretenden pasar del individuo, a través del ayuntamiento, directamente al gobierno de la Nación.
Más allá de la inoperatibilidad de las cifras -los miles de ayuntamientos más los barrios a añadirle- creo que ese sería mi primer apunte el sistema de ácratas.
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