Re: Don Sixto critica la estigmatización de los musulmanes

Iniciado por
Kontrapoder
He visto que en las redes sociales ha causado furor un vídeo de un predicador musulmán (pongo la versión completa):
Los identitarios lo citan elogiosamente y se muestran sorprendidos de que que un musulmán pueda llegar a decir esto, que tanto se parece a lo que dicen ellos. Pues precisamente este predicador musulmán, por las pintas y por el resto de vídeos que tiene, parece salafista, o sea, de los que propugnan una vuelta a la pureza originaria del islam. Si un salafista es capaz de mostrar ese sentido común y esa autocrítica, ¿por qué no habrían de hacerlo el resto de musulmanes si se les sabe orientar adecuadamente?
Dos cuestiones muy sencillitas:
1.- Este personaje confunde racismo con xenofobia. El racismo es una doctrina, no una actitud. La xenofobia es esa actitud ante el extraño. Ahí están los diccionarios para comprobarlo. Los musulmanes, los llamados subsaharianos y otros inmigrantes han adoptado el mantra de llamar racistas a todos los que se oponen a su llegada masiva y presencia, porque serán otras cosas pero tontos no, y llegan con la lección aprendida de que entre nosotros ya no cabe un imbécil más. Entre los vehículos más nefastos y destructores que se están aplicando contra el Cristianismo y Occidente (obra del Cristianismo medieval) es precisamente la perversión del lenguaje y la putrefacción de los términos.
2.- Después de escuchar al personaje me pregunto ¿a quiénes se dirige? Da la impresión de que su discurso tiene a musulmanes por público, y se nota en que habla de franceses o de españoles en tercera persona... "ellos"..., si fuese de otro modo lo haría en segunda: "vosotros". Es lo que en gramática se llama concordancia entre sujeto, persona, verbo y predicado. Así, pues, se dirige a los "suyos" ¿porqué lo hace en español y no en árabe? Hay muchos que todo lo cuestionan: la llegada a la Luna, nos engañan y en Marte hay agua, bosques y gente, el mundo está dominado por lagartos disfrazados y bla,bla,bla..., pues para mi que este vídeo entra dentro de esa categoría de inclasificables y con intenciones engañosas. Basta con repasar lo que afirmas:
Los identitarios lo citan elogiosamente y se muestran sorprendidos de que que un musulmán pueda llegar a decir esto, que tanto se parece a lo que dicen ellos.
¿Racismo en Marruecos? Si, claro, como no, me pregunto también por qué no cita a los bereberes, verdadera minoría étnica (unos 7 millones repartidos entre Marruecos y Argelia) a la que se le da un trato de individuos de casta inferior, similar a la de los gitanos.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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