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Kontrapoder
una interesante entrevista a Don Sixto
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Para finalizar, sin embargo, pongo en guardia a Marine Le Pen contra la estigmatización torpe e irracional de los musulmanes de Francia, lo que para ella no puede resultar más que contraproducente.
Se quiera o no, en primer lugar hay una herencia histórica: hoy existe una importante minoría musulmana inicialmente inmigrante, francesa de segunda o tercera generación, que no se puede desatender y mucho menos ignorar.
A ver con qué argumento se puede declarar la expratacion o exclusión de los nacidos allí. No es de justicia, que primero te llamen, y despues desechen a tus hijos franceses. El islam es una teocracia y no van a renuciar a ella. Y nadie puede contradecirles en su espiritualidad. Luego, entonces, la solución sería marcar los límites de respeto con leyes obligandoles a firmar que el Estado, en su caso será laico por siempre. Dejar de meterse con quien no deben en los paises de sus padres y abuelos. Y quien se niege a ceder y pactar con firma: nada de guetos, expulsión si no mantienen las costumbres y forma de vida laica francesa. Si hay un problema grave, hay que ceder, respetar y convivir. Si nadie va a renuciar a nada, nunca se solucionara nada.
No creo que sea tan dificil la o las soluciones; sino que los que deberían hacerlas, tienen otros intereses materiales y económicos, no fieles a su pueblo.
Comprendo que el discurso antiinmigración y el discurso securitario estigmaticen el islamismo radical.
Comprendo menos que Marine Le Pen olvide resaltar que precisamente este adoctrinamiento salafista o wahabita hoy en día es rechazado clara y definitivamente por el mundo suní del cual brotó.
Los sunnítas son como los chiítas masacrados día sí y día tambien en sus lares. Y ambos acusan a poderes encubiertos junto a Arabia Saudí de crear el salafismo, wahabismo. Cierto es que, aunque lo niegan, estas setas se les reproducen por miles. En su cerrazón no todos ceden a reconocer esto. Pero también es cierto, que la inmesa mayoría de mahometanos rechazan y sienten asco y se sienten estigmatizados por esa lacra. ¿Tan difícil es hacer gran esfuerzo común en erradicar esa chusma? No lo creo. Hay que raspar, buscar, sus orígenes, sus sustentadores materiales, intelectuales y hasta espirituales. El esfuerzo debe ser común. Pero ni Le Pen, ni Macron, ni Trump, ni Israel, ni países Europeos.... Tienen ninguna intención de sanar y lograr paz, concordia y respeto. Son contadores de cuentos....¡Al tiempo!
He mencionado esto ampliamente durante una de nuestras últimas entrevistas a propósito de sínodo musulmán de Grozni, en el cual el salafismo fue «excomulgado» completamente por el mundo suní.
Por lo tanto, incumbe a las autoridades y a los políticos ayudar a los musulmanes a escapar del poder radical que los amenaza al margen de toda justificación religiosa, y me sorprende que no hayan tenido más eco las recientes declaraciones de los líderes de la Unión de Organizaciones Islámicas de Francia, que han conducido a que la UOIF adopte el nuevo nombre de «Musulmanes de Francia».
«Hemos escogido llamarnos “Musulmanes de Francia”, y no “Los musulmanes de Francia”, responde Tareq Oubrou. Esto significa que no tenemos vocación de representar a todos los musulmanes de este país, sino que somos una corriente entre otras.»
Por lo tanto, es a todos los musulmanes, a menudo tan víctimas de los atropellos y los atentados como los demás, a los que hay que tender la mano, pues de otro modo, si dejamos que la sociedad francesa los rechace, sin integrarlos, se precipitarían en los brazos de este islamismo radical que se combate y que ellos no quieren.
Y todos estos musulmanes muy a menudo tienen posturas próximas a las nuestras sobre asuntos sociales como la familia, la educación, la moral y las relaciones intergeneracionales. Son mucho más cercanos a las posiciones del Frente Nacional que a las de la coalición heterogénea y permisiva que respalda Macron, que es el nuevo campeón de las tesis educativas desarrolladas y puestas en práctica por Najat Vallaud Belkacem.
Como mínimo se puede decir que el cambio se encuadrará dentro de la más perfecta continuidad dogmática de la izquierda.
Muchos de estos musulmanes votarían el domingo a Marine Le Pen por su rechazo de la decadencia de la enseñanza y de la degradación jurídica de la familia. ¡No los desanimemos por estupidez o por sectarismo!
No comprender esto, y no actuar en consecuencia, sería peor que una equivocación: sería un error imperdonable, como decía Talleyrand.[/INDENT]
Por favor, no matéis al traductor. Esto es lo que dice Don Sixto, aunque como he traducido rápidamente y mi francés es muy limitado, seguramente es mejorable la traducción. Bien es verdad que, en lo que respecta a la situación francesa, las palabras de Don Sixto me parecen bastante atinadas, en contraste con la miopía que predomina en el sector patriótico.
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