APÉNDICE 6
Fuente: Franco, ¿no era normal? Uno de sus hechos injustificable: la persecución a los carlistas, Tomás Echeverría, páginas 107 – 108.
CARTA RESPUESTA DEL GENERALÍSMO AL PRÍNCIPE REGENTE D. JAVIER DE BORBÓN.
Smo. Señor:
Oportunamente recibí su grata carta en la que se interesaba por la reintegración del Sr. Fal Conde a sus actividades, sin que entonces encontrase posible hacerlo, ya que las vicisitudes del momento y el error sufrido por Fal, impedían recoger tan bondadosa solicitud.
La Guerra exigía unidad y fortaleza, y contraria a ella es el mantenimiento e invocación de cuanto no fuese común a todos los españoles.
La terminación de la lucha igualmente nos ha de imponer la unión más estrecha para enfrentarse con los problemas humanos de odios y rencores que la liquidación de la guerra civil forzosamente crea.
Nada conseguiríamos, sin embargo, con ganar la guerra y liquidar ésta, si no desarraigásemos las causas que la motivaron y no llevásemos al pueblo con la paz, la autoridad, el principio jerárquico, la justicia social y el progreso económico, que hagan desaparecer el estado moral y la injusticia que ha facilitado las propagandas rojas.
Para esta gran obra nacional que pugna con tantos egoísmos seculares, situaciones de privilegio y humanas resistencias, es necesario todavía más la unión de todos los españoles.
Por todo lo expuesto, se ha de comprender el grado de sacrificio a que el interés de la Patria obliga a todos los españoles, para que, encerrando en su corazón lo que sientan y no sea común, se unan en lo que lo es, para el servicio de España; sin plazos ni reservas, que puedan poner en interinidad al Estado, necesitado de fortaleza.
Estos han sido los motivos del Decreto de Unificación, recientemente promulgado, en que por el interés de la Nación y para su salvación, tan leal y generosamente se han unido nuestros bravos, puros y leales tradicionalistas y nuestros heroicos y dinámicos falangistas.
No he dudado nunca que su amor a España y a la Tradición española reflejados en los acentos de su carta le hará compartir la solemnidad del momento en que los puros principios tradicionalistas van a tomar vida, en el cuerpo del Estado, con los que son comunes a todos los españoles.
Aprovecho esta ocasión, Smo. Sr., para ofrecerle el testimonio de mi sincera simpatía y devota devoción.
Salamanca, 30 de abril de 1937.
FRANCISCO FRANCO
Smo. y Exmo. Sr. Príncipe Javier de Borbón.
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