Re: Vituperio de la II República
La ignorancia es el fundamento de la ocultación de la verdad y de la mentira más descarnada. Hoy no tenemos que luchar -todavía- contra milicianos rojo-separatistas, aunque de seguir así todo llegará. Hoy no tenemos un enemigo terrible en un des-gobierno de mamarrachos y sus socios. Hoy tenemos un enemigo formidable en un pueblo que se ignora a si mismo y que, además, se siente satisfecho y orgulloso de tal condición. Por eso, el compromiso voluntario que algunos -bastantes más, afortunadamente, de lo que podríamos pensar, no seamos soberbios-, hemos adquirido, nos obliga a ser constantes y a no parar hasta conquistar la voluntad de ese pueblo secuestrado por la propaganda de la mentira y la ingeniería socio-política practicada durante decenios por la recua de farsantes que se ha asentado en España.
Muy interesante es el librito, apenas más que un opúsculo, que se puede leer en el PDF del siguiente enlace. Desde luego muy revelador para saber qué pensaban los propios republicanos -sólo los decentes-, acerca de la chusma que había surgido de las alcantarillas del Estado y del pueblo.
http://www.hispanista.org/libros/alibros/35/lb35.pdf
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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