Re: Vazquez De Mella.
Según he podido leer en la prensa pesebrera, en el último pleno del contubernio en el que han convertido lo que se supone es el Ayuntamiento de Madrid, y con los votos favorables de Ahora MADRID, P$OÉ y C's (el PP ha votado en contra por razones de gasto, ¡ojo al dato!), se ha consumado la felonía que se venía temiendo. A partir de ahora ya se ha abierto el expediente para proceder al cambio del nombre de la Plaza, hasta ahora de Vázquez de Mella, que pasará a denominarse La PMM, Plaza de la Mariconería Madrileña, ¡huy, perdón! ha sido un lapsus linguae, se llama ya PPZ, o Plaza de Pedro Zerolo, abreviadamente Plaza del Perolo e incluye un monumento al meticuloso personaje. Los argumentos esgrimidos para el citado cambio, mejor leerlos en las páginas de la prensa pesebrera, que para qué les vamos a hacer propaganda gratuita, además del esfuerzo del "copio-pego", que trabajen ellos, que para eso cobran de nuestros impuestos.
Ahora bien, analizando la cuestión en frío y sin apasionamiento, creo que hasta puedo llegar alegrarme. Como carlista no me hacía ni la más mínima gracia que el centro del espacio urbano de la mariconería en Madrid, llevase el nombre del Verbo de la Tradición así como su busto. Era un insulto permanente contemplar los cardúmenes de esos ejemplares haciendo cualquiera sabe qué porquerías delante y a los pies del monumento a uno de los más íntegros pro-hombres de la España contemporánea.
Dicho todo ello por mi parte como una muestra de humor negro.
Última edición por Valmadian; 22/07/2015 a las 12:34
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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