Premio Ramón Margalef de Ecología de la Generalitat
Ehrlich: «Sobra gente en el planeta y quien tiene más de dos hijos debería ser visto como un peligro»

El gobierno socialista de la Generalitat de Cataluña concedió el premio Ramón Margalef a Paul R. Ehrlich. El entomólogo estadunidense que, a pesar de no haber acertado en ninguna de sus profecías apocalípticas, lleva 40 años influyendo en las políticas demográficas antinatalistas de los organismos intenacionales, sigue manteniendo las mismas tesis que en 1968: «somos como moscas de la fruta; una mosca llega a un grupo de plátanos pone huevos y causa una explosión demográfica».
Publicado el 2009-11-06 19:40:00
(Juanjo Romero / Infocatólica) Con ocasión de la entrega del premio Ramón Margalef de Ecología por parte de la Generalitat, el entomólogo Paul. R. Ehrlich ha concedido entrevistas a distintos medios españoles, en las que se muestra inasequible al desaliento, a pesar que desde los años sesenta la comunidad científica ha venido demostrando una y otra vez sus errores.
En 1968, el investigador estudounidense publicó The population bomb, que, no sólo se convirtió en un best-seller, sino que marcó la agenda antinatalista de organismos internacionales como la ONU.
Entonces ya vaticinó que "la batalla para alimentar a toda la humanidad ha terminado; en la década de los 70 el mundo sufrirá hambre, cientos de millones de personas van a morir de inanición", y sus predicciones sobre la India desataron la campaña de esterilización obligatoria de Indira Gandhi que apoyó el recién fallecido Vicente Ferrer.
Hoy sólo ha cambiado el enfoque, del malthusianismo puro y duro de los sesenta ha pasado a una ecología eugenésica que le permite a sus 77 años disfrutar del reconocimiento de los partidarios de las más extravagantes teorías ecológicas.
Rafaél Méndez pudo entrevistarle para el diario El País. A la pregunta de cómo reducir la población, ya que para el premiado la Tierra sólo puede soportar a 2.000 millones de habitantes, ha respondido tranquilizadoramente: "Hacerlo de forma humanitaria lleva mucho tiempo. Podrías disparar a un tercio de la población mañana pero no queremos hacerlo así".
Sin embargo, no ha quedado muy claro cuál es su método, simplemente unos ejercicios de voluntarismo y de quejas de oportunidades perdidas. La solución pasa lógicamente, y una vez más, por disminuir la natalidad. Para ello, como en los sesenta pone como modelo a las dictaduras: "China es el único Gobierno del mundo que publica cuánto CO2 evita que vaya a la atmósfera gracias a la planificación familiar".
Al final vuelve a sus orígenes cuando manifiesta su opinón sobre los que tienen más de dos hijos, "¿Qué diría si su vecino dijera: No me gusta la basura en mi jardín. Prefiero tirarla al tuyo?. Este es un asunto social." Según Ehrlich se ha de reducir la cifra a niveles españoles, menos de 1,5 hijos por pareja "tener más de dos es egoísta e irresponsable, porque hay que tener en cuénta qué pasará con ellos y con los de otra gente".





Ehrlich: «Sobra gente en el planeta y quien tiene más de dos hijos debería ser visto como un peligro»