Debe de ser por el calor, porque llevamos unos días que... ¡Nada, nada! majo a seguir mezclando churras con merinas, y la mezcla resultante con los dromedarios del Pamir y las llamas de Los Andes. O sea, nacionalismo español democrático, en una España irreligiosa (¿y eso qué es?), con el simpático calificativo de "idiotas" a falangistas y franquistas, que habrá que suponer es un calificativo muy democrático y para nada un insulto, y por si fuera poco el gachó se nos descuelga con un nick de la más excelsa Tradición.

Cada día estoy más convencido de que este país necesita una regeneración en profundidad y de arriba a abajo, empezando por una revisión absoluta del sistema educativo.