Por supuesto que todo eso es posible. Es más, vamos hacia eso, y desde hace décadas se puede ver con toda claridad.
Y no se trata simplemente de una Aído de turno. La tal Aído, al fin y al cabo, no es más que un eslabón en una cadena de viene de largo. Ni tampoco es una obra de ZP, quien por sí solo sería incapaz de lograr algo así.
Esto es una obra del demonio. Se vale, ahora, de ZP & Cía, pero antes se ha valido de otros. También de Aznar. No digamos de Felipe González o Tierno Galván (el padre del botellón). En España, la descristianización también se daba durante el franquismo tardío.
En Gran Bretaña, de alguna manera, puede parecer que tienen una cierta protección por su tradición liberal, como se ha apuntado más arriba, pero eso no es protección fiable. España es el paradigma de pueblo cristiano y por eso el demonio nos ataca más que a nadie, pero los enemigos de Jesucristo quieren imponerse en todo el mundo. No se trata, en definitiva, de atacar a España, sino de atacar al cristianismo empezando por España.
De hecho, ya están ocurriendo cosas más graves que las que nos tememos. ¿Acaso no se asesinan en España a más de cien mil niños no nacidos cada año?
Lo de misa en Madrid el día de la Sagrada Familia: Algo es algo. Rouco dijo cosas ciertas, como la siguiente:
El futuro de Europa, su futuro moral, espiritual e, incluso, biológico, pasa por la familia realizada en su primordial y plena verdad. ¡El futuro de Europa pasa por vosotras, queridas familias cristianas!
Claro está que no es suficiente. Si de todas maneras nos van a perseguir con violencia, ¿cuándo cogerán los pastores sus bastones para empezar a pegar palos al lobo?
Marcadores