Yo también me quedo en una posición intermedia. Por ejemplo, probablemente Moisés no partiera el Mar Rojo en dos, pero quizá si se produjera una fuerte bajada de marea (en la estrecha lengua que separa la península del Sinaí de la África continental, en su zona costera), aprovechada por los israelitas y que pilló en plena subida al faraón: los caminos del Señor son inescrutables.
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