Re: Dudas sobre el bien y el mal
Antes que a una controversia moral católico/atea se debería atender a otra de tipo religioso/ateo, dado que las alusiones que el individuo recrimina al catolicismo valdrían más o menos contra cualquier religión, pues todas prometen recompensas por las buenas acciones. El individuo debería lanzar ataques contra toda religión y no sólo contra la católica.
Lo característico del catolicismo/cristianismo es amar a los enemigos. El problema no es que un individuo haga buenas acciones o que “ame” en abstracto, sino que las haga a sus enemigos y sufra malas acciones por ellos o por su culpa. Bien, pues habría que ver si este individuo sería capaz de sufrir por el prójimo desde una perpectiva atea o escéptica. Porque es de temer que éste será de los que Cristo dijo que “si solo hacéis buenas acciones a los que os aman ya habéis obtenido entonces vuestra recompensa"…. Habrías debido preguntarle también si él perdonaría las ofensas setenta veces siete…. O si pondría la otra mejilla… etc.
Por otra parte, el cristianismo hace suya toda la ética de la Filosofía occidental que viene desde Aristóteles pasando por los estoicos. Aun prescindiendo del cristianismo/catolicismo, toda esa Ética (corregida en parte por el Evangelio y los Santos Padres) está en la base del cristianismo y continúa vinculando al ser humano con el mandato de practicar la virtud como medio de alcanzar la felicidad, la cual incluye el mandato de amar al prójimo. Y por cierto que los estoicos consideraban la virtud como un fin en sí misma, siendo ella misma su propia recompensa.
Quiero decir que tu interlocutor no aporta ninguna novedad. Simplemente considera un demérito obrar por recompensa. Se le debe replicar que, a su vez, él solo considera, en el fondo, una relación de justicia: “trato bien a los que me tratan bien” o “recompenso a los que me recompensan” (… y “trato mal a los que me tratan mal”). Pero contra esa moral mezquina ya predicó Cristo.
Última edición por ALACRAN; 19/03/2013 a las 17:28
Hombre en su siglo. Los sujetos eminentemente raros dependen de los tiempos. No todos tuvieron el que merecían, y muchos aunque lo tuvieron, no acertaron a lograrlo. Fueron dignos algunos de mejor siglo, que no todo lo bueno triunfa siempre; tienen las cosas su vez, hasta las eminencias son al uso, pero lleva una ventaja lo sabio, que es eterno, y si éste no es su siglo, muchos otros lo serán. (Gracián)
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