Fuente: Franco y la Iglesia, Luis Suárez Fernández, Homo Legens, Madrid, 2011, página 147.
No vamos a entrar en detalles acerca del escándalo descubierto por la Policía en Septiembre de 1952 referente al Obispo de Calahorra. Se guardó absoluto silencio y se dejó que el Papa tomara las medidas que, con la prudencia de siempre, considerara oportunas. Es un rasgo de conducta que los españoles tienen derecho a conocer, aunque no a juzgar.
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