Re: Jesucristo, ¿pacifista?

Iniciado por
Kontrapoder
No estoy muy versado en el tema, pero siempre he entendido que el pacifismo es prácticamente lo mismo que el irenismo, que siempre ha rechazado la Iglesia.
Dicho de otra forma, el pacifista busca la paz a costa de lo que sea, aunque conlleve graves injusticias. Es una actitud cínica ante la vida. En la práctica el pacifista casi siempre acaba desatando mayores violencias que las que decía querer evitar. Un ejemplo es la monja esa de los mitins que salió en otro hilo, muy pacifista ella, pero que en cuanto alguien le pone en duda algo obra de manera muy violenta.
Jesucristo era pacífico, que es lo que debe ser un cristiano, pero no ponía la paz por encima de cualquier otra consideración.
Totalmente de acuerdo, ser pacífico que viene de ser paciente, es tener paz de espíritu, tal y como encontramos en lo que nos indica en el NT, el "eiréne", estado individual por el que nos reconciliamos con Dios, que conduce a la salvación y a la tranquilidad de ánimo. Es lo que conocemos por "paz interna" o "paz interior". Pero, las circunstancias de nuestra existencia nos pueden llevar perfectamente a situaciones en las que no se puede permanecer impasible ante el Mal, ante la injusticia, y ante la barbarie.
Mientras que el pacifista es el que se opone a toda clase de violencia, puede ser la actitud de alguien como Ghandi, se puede seguir a Bertrand Russell o transformarse en un "rasta antisistema okupa" tres aspectos de una misma, pero controvertida, ideología. Algo así como la permanencia en esa especie de ataraxia inánime que lo mismo permite que la persona pacifista se deje matar, como que no intervenga ni ante la mayor de las violencias practicada contra otros.
En cuanto a si Nuestro Señor era, ¿era?, ¡no! Es, pacifista, habría que preguntárselo a los mercaderes del Templo.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
Marcadores