Y si los pocos gobiernos que le apoyan tienen al Ché de símbolo, es normal que termine asumiendo.

Lo que no va es a asumir los símbolos de las buenas gentes de derechas que apoyan a Israel.

Lo que debería preocuparnos es por qué son los seguidores del Ché los que apoyan las causas justas mientras los demás miran, en el mejor de los casos, o apoyan a los malvados, en el peor.