Sus sucesores participaron en las campañas de Fernando III en Andalucía,
especialmente Diego López de Haro III, que intervino con barcos vizcaínos
en la conquista de Sevilla. Tras la muerte de Alfonso X, los señores de
Vizcaya se decantaron por el partido de los infantes de la Cerda, lo que
les enfrentó a Sancho IV y, más tarde, a Alfonso XI, poniendo en jaque la
titularidad del señorío durante varias décadas (disputas entre Diego López
de Haro, fundador de Bilbao en 1300, y María Díaz de Haro, casada con el
infante Don Juan, el de Tarifa). Las diferencias con los monarcas castellanos
se mantendrían en época de Pedro el Cruel y durante el conflicto civil que
enfrentó a éste con Enrique de Trastamara.