Con las opiniones expresadas por el Sr. de Prada a mi me sucede una paradoja muy curiosa, estando la mayoría de las veces de acuerdo con el fondo y las ideas en general, suelo estar en desacuerdo con las actitudes que manifiesta. Hablar a toro pasado del liberal-capitalismo como fuente de todos los problemas del mundo está muy bien. Hablar del "coco" comunista, también, aunque él parezca exculparlo señalando a esas "derechas", y estoy de acuerdo también en que al hombre occidental -los demás hombres de otras civilizaciones son tema aparte-, se le ha venido convenciendo de las hipócritas bondades de un sistema que es perverso en si mismo.

Pero, no estoy de acuerdo en otras cuestiones. La primera es que cuando se hace una crítica, ésta para no ser cotilleo negativo o prejuicio de dicha naturaleza también, hay que ofrecer una alternativa que sea real y no utópica, viable y no paradisíaca, porque en otro caso el asunto no pasa de brindis al Sol. Además, el comunismo es hijo del liberal-capitalismo con lo cual no se puede excusar más o menos veladamente, porque no es sino la otra cara de la misma moneda maniqueista.

También hay otros elementos añadidos, y para ello hay que señalar a los co-responsables de la situación. El liberal-capitalismo no ha nacido a raíz del CVII, sino que vino gestándose de dos a tres siglos ya antes, y la cuestión ahora es ésta: ¿y qué han hecho de un modo eficaz los responsables de la Iglesia Católica en todo ese tiempo? porque el caramelo que usa el liberal-capitalismo-comunismo-socialismo, sólo se puede combatir desde la Doctrina Social de la Iglesia. Dicho de otra manera, el ciudadano bienintencionado necesita ser educado, instruido o formado con los elementos intelectuales necesarios para hacer frente a las tentaciones de " el mundo, el demonio y la carne", y a ese hombre se le ha tratado permanentemente como un menor de edad e imbécil por más señas.

No sirve de nada citar a Chesterton o a su porquero, como si fuera el dogma de los dogmas, en una sociedad como la actual, en la que ese liberal-capitalismo-comunista-socialista se ha impuesto plenamente casi al ciento por ciento. Lo que sirve es ofrecer a la gente la alternativa real, viable y eficaz que no tiene, porque ¿cómo se le explica a la persona que está hasta la coronilla de lo que le rodea que tiene que comportarse de otro modo si no sabe ni dónde está realmente y sólo se le sugiere que tome como frontispicio mental a Chesterton?

Mucho voto a VOX, o mucho voto a esas otras siglas de viejas derechas europeas nacen del hartazgo si, pero no tienen tampoco otras alternativas. Hay una, también, la vuelta a las esencias, a la Sagrada Tradición, pero ésa parece que según Los Evangelios se la reserva para si Nuestro Señor sabedor de nuestra absoluta incapacidad: "Cuando dicen <<Paz y seguridad>>, entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina"(Tes. 5-3)

Hay que valerse de los medios disponibles y no sólo rezar a la legión angélica (Ora et labora) porque todo lo demás son eso, brindis al Sol.