Lo que pasa es que los diagnósticos -jugar a los diagnósticos-, es sencillísimo y queda uno sensacional; pero bajar al pilón y ponerse manos a la obra ya es otra cosa; por si fuera poco el de los diagnósticos mágicos a ese osado también le sacudirá duro y a conciencia, para seguir él quedando fantásticamente como diagnosticador imbatible...
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