Que yo sepa nunca estuvo censurado. Sus libros se publicaban y circulaban sin ningún problema, y hasta tenía una calle importante en Madrid. En realidad el problema no era que hubiera censura; en realidad se permitía más de lo debido. No hay más que ver la fecha de publicación de algunos libros o consultar las hemerotecas para comprobar que la censura no era tanta como dicen, aunque algo había. Pero a lo mejor algunas cosas que se publicaban no hacían tanto daño porque no las leía tanta gente y porque la mayoría tenía más formación en aquellos tiempos.
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