Tengo el honor de presentarles a todos ustedes a Don Juan Martín Martín, El Bizco, alias "Juan de Calabazas", por otro apodo motejado como "El Bufón Calabacillas". Fue bufón de Felipe IV y falleció -Dios lo acogiera en su santa gloria- el año del Señor de 1639.
Nótese que, sólo en el porte, tiene más dignidad que cualquier friki de esos que comenta Rodrigo Agulló y que trae a colación el amigo Mefistófeles. Es el primer argumento contra la teoría de la evolución.
Darwin, en su orangutismo de anglosayón, sostenía que el homo sapiens era la resultante de una evolución del mono. Creo que el Bufón Calabacillas o ese mono de ahí arriba -simpático en tanto que aburrido de ver este mundo desquiciado en el que nos encontramos- tienen más dignidad, uno como español del Siglo de Oro y el otro como un ser vivo, que muchos que se pasean por ahí, creyéndose personas humanas, modernos y cosmopolitas, y vistiéndose de gilipollas.
Todo me hace pensar que la hipótesis de la involución natural es más plausible que la de cualquier evolución biológica.
Es prácticamente imposible tener dos dedos de luz y no despreciar cada día más a toda esta infra-humanidad que uno tiene que soportar a diario.
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