Re: Feliz año de 2012
No sé por qué nos felicitamos el nuevo año. Es verdad que lo suelo hacer yo también, pero más por cortesía que por otras razones. Y es que desde hace ya bastante tiempo me planteé ciertas cuestiones al respecto:
-¿Cuándo empezó esta costumbre? desde luego, en razón del Nacimiento del Señor, no, pues la fecha conmemorada es la noche del 24 al 25.
-¿Qué tenemos que felicitar si el año todavía no ha empezado? ¿si no sabemos cómo va a ser? En todo caso, habría que felicitarse por el año pésimo que se ha acabado, o lamentarse si se trata de un año excepcional.
-Se mezcla la celebración con una fiesta pagana en la que es "obligatorio divertirse, habiendo otras 364 noches para ello y en este que va a empezar 365 por que es bisiesto.
-Por otro lado, nos cae una cifra más en la cuenta de los años, lo que nos hace un año más viejos. Claro que cuando uno es joven le da lo mismo, pero a partir de los "taitantos" sienta como una piedra en el estómago.
Así que pasadlo bien con vuestras familias y amistades, pero yo pienso cenar como hago habitualmente, después cumpliré con "la cortesía obligada" vía telefónica o "internetera", para, finalmente, con una bandejita de dulces y una taza de té, poner una buena película en el reproductor. Y, finalizada la misma, "a la piltra" que el día 1 es de precepto.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
Marcadores