En el habla popular aquí en Andalucía se silencia muy habitualmente la erre final de los infinitivos: cantá, hablá en vez de cantar, hablar, etc. Y lo mismo con cualquier palabra que termine en otra consonante. O sea, que eso no nos diferencia sino que nos acerca. En cambio, nunca he oído lambdaicismo por estos lares salvo a los chinos cuando intentan hablar español. Lo que sí se da mucho es el rotacismo (fenómeno inverso, pronunciar erre por ele intervocálica) en el habla descuidada de la gente de bajo nivel cultural. Pero este fenómeno también se observa en el castellano del Caribe, Panamá y Chile. En todo caso, es innegable la influencia andaluza y canaria en el habla del Caribe y Chile, sobre todo en la pronunciación, aunque la melodía del acento varíe de un lugar a otro.
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