Yo también, pese a mi más o menos "venerable edad", todavía sigo teniendo ideales. Es cierto que habrá quienes digan que estas propuestas que tu planteas, en cierto modo, sean una forma de colaborar con el sistema. Pero no me parece descabellada la idea de ir cambiando el sistema poco a poco... tal y como han sabido hacer ellos (que no siempre avanzaron en su marcha hacia la destrucción del cristianismo mediante acciones revolucionarias violentas). Su secreto ha sido el de saber esperar, marcarse unas metas a largo plazo e ir moviendo lentamente los hilos, modificando las cosas con el paso de los años, avanzando unas veces... y haciendo parecer que se 'retrocedía' otras. Pero jamás separando la vista de su final objetivo, que es el mismo del demonio. Porque Lucifer lleva siglos sembrando, aunque su siembra no será finalmente frutífera. La nuestra sí...
Como dice el viejo adagio que tu nos recuerdas: "quien siembra, recoge". Pues sembremos ideas tradicionalistas como quien siembra trigo, en lugar de su cizaña. ¿Por qué no..?, ¿qué perdemos con ello?. Como tu bien dices, algún día nuestros hijos o nietos, tengan la oportunidad de darle un vuelco a toda esta mierda luciferina.
Aunque también es verdad, como bien dice Alejandro Farnesio, que el gran problema de España es la destrucción de la moral católica. Pero no creo que contra eso no se pueda hacer nada de nada. No debemos caer en el pesimismo. Quizás nosotros no podamos, porque hoy en día no tenemos otra arma política que la de la palabra (y destaco lo de 'política', porque no es la única), pero ellos no han vencido todavía. Ganarán mil batallas, pero sus victorias solamente les conducirán hasta su final derrota, porque la victoria es solo nuestra. Y no son vanas palabrería, eso lo sabemos todos los que tenemos nuestra fé puesta en Cristo y en su victoria.
España, en otros momentos de su historia, también ha caído en el descreimiento y en la corrupción moral, y con la ayuda de Dios ha conseguido renacer de sus cenizas. Para empezar, rezemos y confiemos en Cristo... No creo estar diciendo tonterías, aunque a algún personaje como Valderrábano o a algún otro, se lo parezcan. A Dios rogando y con el mazo dando, que decía mi abuela. Y como bien dices, estimado Valmadian, nuestra arma política, ahora, no es otra que la palabra y el convencimiento que podremos obtener a través de ésta.
Me parece buena la idea de ir sembrando estas seis ideas que propones. Toda peregrinación comienza siempre con el primer paso, y no quedándonos parados asustados frente a la dureza de la marcha.
Un saludo
Marcadores