- A mi amigo Villores.


EN TORNO A FELIPE V



Habiendo repasado algunos textos míos que conjugué de apuntes y escasa y ramplona bibliografía en los años de universidad, ahora vengo a entonar un mea culpa. No pocos hemos caído en excesos y/o exabruptos sobre la " cuestión borbónica "; no sé si influidos por la vana literatura republicana, por el sistema educativo más nefasto del mundo, o qué se yo. Todos escribimos alguna boutade, pero yo parezco prolífico en decir y escribir tonterías.


Hay varios aspectos que ordenar:


- El prolífico y admirado José Javier Esparza apunta que si a él le simpatiza el Carlismo no es por " otro monarca de la Casa de Borbón ". No quiero hacer un cyber-debate con Esparza, que hace muy buena labor en lo suyo; pero este es un error grave en el que hasta muchos carlistas solemos caer. Señores: El Carlismo es la Legitimidad, de origen y ejercicio. Si bien Felipe V se equivocó, mucho peor fue el Archiduque Carlos, aliado de jansenistas y protestantes y cuya irresponsabilidad nos costó mucho, desde Gibraltar a nuestros dominios regios del Viejo Continente. El Archiduque Carlos, megalómano e insensato, entró con nuestros enemigos naturales y estando dispuesto a dividir España para recibir una parte. No tenía la legitimidad de origen, y menos la tuvo de ejercicio. Si atendemos al refrán de dime con quién andas y te diré quién eres, con el Archiduque lo tenemos claro. El Carlismo siempre apeló a la legitimidad, y antes de la Primera Guerra, a Felipe V. Y no en vano fue un descendiente del Rey Animoso, Carlos VII de España, quien devolvió los fueros a la Corona de Aragón. Felipe V fue, amén de Rey Legítimo, el más apoyado en España en aquella contienda, en especial por vascongados, castellanos y andaluces; y tuvo muchos partidarios en la Corona Aragonesa, que ni mucho menos fue mayoritariamente austracista. Felipe V fue, asimismo, el que apoyó a la Causa Jacobita ( Aquí ponemos el gallardete que proporcionó Íñigo Pérez de Rada ) con valor y decisión, y fue la Casa de Borbón la que se empeñó en recuperar los territorios que perdimos a causa de los camaradas del Archiduque; así como fue la Casa de Borbón la que acabó buscando una alianza real con Portugal ante el entrometimiento británico que nos estaba enfrentando.


- Es cierto que España irá perdiendo progresivamente su independencia política. Pero no menos cierto que ello no empieza con los Borbones, sino con los Austrias, ante la nefasta Guerra del 1640. Ante unas revueltas dolorosas en las que ningún pueblo hispánico salió beneficiado. Ante la imprudencia y la impotencia de vernos acosados por propios y extraños. Porque si los Borbones tuvieron Pactos de Familia, que salieron mejor o peor ( Si la recuperación de Menorca salió bien, hubo otros episodios más oscuros ); los Austrias no dejaron de tenerlos. Juzgar a Felipe V como " extranjero " es aplicar el principio revolucionario de " nacionalidad " a la Corona. En ese caso, también sería extranjero Carlos I, como lo serían todos los príncipes católicos, emparentados entre las distintas casas reales de la Catolicidad.


- Se dice que con los Borbones se introduce el centralismo....No es así. En aquellos tiempos no se empleaba tampoco la palabra. Cierto es que con los Borbones en España iremos adquiriendo los tintes del " absolutismo ilustrado "; pero que es un producto de la decadencia política de la Cristiandad, cristalizada en la falsa paz de Westfalia. Austria se dedicó a traicionar y a entregar a Polonia años después que ésta les prestara una ayuda clave para derrotar al Gran Turco en Viena; y el josefismo austriaco fue asfixiante. La política del marqués de Pombal en Portugal no fue precisamente mejor en este sentido. ¿ Qué diremos de Pedro el Grande en Rusia ? La " polilla regalista " ( Recordando el término empleado por Vázquez de Mella ) se había introducido en España bastante antes, y ninguna patria de la Cristiandad estuvo exenta de ello. Curiosamente, uno de los reyes más regalistas como fue Carlos III pasa por ser la panacea para los republicanos de nuestro tiempo. Los mismos republicanos que exaltan " las luces " parecen olvidar ese absolutismo acendrado. Educación para la ciudadanía será....Hasta el talentoso Pablo Victoria ( A la que su obra historiográfica tenemos mucho, pero mucho que agradecer ) cae en diferenciar el centralismo borbónico del de la Casa de Austria, y no es tanto así realmente.


- A vueltas con los fueros, es cierto que Felipe V suprimió los de la Corona de Aragón; pero que el Reino de Aragón y el Principado de Cataluña recuperaron el " Derecho Civil Privado ", cosa que no recuperó el Reino de Valencia. Y sin embargo, en Valencia el separatismo es minoritario. Felipe V, asimismo, no sólo no tocó los fueros vascongados y navarros, sino que los potenció. Y reiteramos: Si bien nos puede parecer erróneo aquél momento político, fue Carlos el Grande, hijo de la Casa de Borbón, Austria-Este y Braganza el que los recuperó. Entretanto, los Habsburgos, a los años se dedicaron a confraternizar con la dinastía usurpadora ( Descendiente de la fogosidad de la Isabelona, casada con un homosexual. ¿ Quizá una antesala de los proyectos de Zapatero ? ) y le negaron el ingreso en la Armada a SMC Jaime III, que sirvió a posteriori en la Rusia Zarista.


- Hay que dejarlo claro: Los tradicionalistas españoles defendemos la Legitimidad, de origen y ejercicio. Si bien Felipe V tuvo sus luces y sus sombras, nunca dejó de ser el Rey Católico de las Españas. Nuestro llorado Carlos V también las tuvo, y nosotros no negamos su Legitimidad. Bajo el cetro borbónico también se hicieron gestas ( Por cuatro veces se derrota claramente a la Pérfida Albión, por ejemplo ), como con los Austrias. Y tuvieron sus luces y sus sombras, como los Trastámaras y los Austrias. No nos hace ningún beneficio cierto pensamiento " romántico-ideologizante " en el que yo he sido el primero en caer. No es rigor histórico ni legítimo. Mea culpa.


Aprendamos, pues, de los errores del pasado, pero no caigamos en falsas reformulaciones.