Palentinos Ilustres; Don Matías Barrio y Mier (1844-1909)
Nació el día 10 de Febrero de 1844 en Verdeña (provincia de Palencia); su familia paterna era una de las principales del país; y la materna, cuya nobleza es antiquísima, procede de Asturias. Recibió la instrucción primera en las escuelas de Verdeña , Redondo y Cervera de Pisuerga, acabando de perfeccionarse en Toledo; y en cuanto a la segunda enseñanza, cursó de 1853 a 1854 en aquel Instituto el primer año de latinidad y humanidades, el segundo y tercero en el Colegio Politécnico de Madrid, y en Junio del 56 recibió el semigrado que por entonces se exigía para pasar a filosofía. En el año 1859 recibió en el Instituto de Toledo el grado de Bachiller de Artes. En dicha capital estuvo al lado de su tío don Celestino de Mier, Deán de aquella Santa Iglesia Catedral (Primada de las Españas), y desde el año 1859 hasta el de 1865 siguió en la Universidad de Valladolid los seis años de Leyes, obteniendo en todas las asignaturas las primeras notas.
En el mes de Junio de 1865 se licenció el señor de Barrio y Mier en Derecho Civil y Canónigo; recibió la investidura de Doctor en la Universidad de Madrid el día 10 de Noviembre del año siguiente, y la carrera de Administración la siguió en las Universidades de Valladolid y Madrid, obteniendo también en ella el doctorado.
Siendo todavía estudiante sustituyó nuestro ilustre biografiado la cátedra de Administración (Hacienda y Derecho Político comparado) en la Universidad de Valladolid.
En las mismas Universidades de Valladolid y de Madrid cursó también todas las asignaturas de la facultad de Filosofía y Letras hasta alcanzar el Doctorado, como en las otras dos carreras ya anteriormente citadas.
En los cursos de los años 1866 al 68 estudió en la Universidad de Madrid los dos primeros años de Teología, con nota de sobresaliente, y no continuó esta carrera por haberse suprimido en la Universidad, a consecuencia del destronamiento de Isabel II.
Al mismo tiempo cursó en la Escuela especial los tres primeros años de la carrera diplomática, y en Junio del de 1869 recibió el título de Archivero-Bibliotecario.
Tenía cursadas seis carreras, habiendo sufrido dieciséis ejercicios para la obtención de grados; ganó, previa oposición, multitud de premios ordinarios o de asignatura, tres extraordinarios de grado, recibiendo cuatro grados de Bachiller, cuatro de Licenciado y tres de Doctor.
Es imposible un ejemplo mayor de aplicación e inteligencia, pues terminó el señor Barrio Mier tantos estudios cuando sólo contaba veinticinco años de edad.
También se dedicó al estudio de las lenguas, de las cuales poseía cinco.
Empezó a ejercer la Abogacía desde principios de 1866, hallándose, al efecto, inscrito en los Colegios de Madrid y de Vitoria.
El día 16 de Noviembre de aquel mismo año (cuando aún no hacía una semana que había recibido la investidura de Doctor) fue ya nombrado Profesor auxiliar de la Facultad de Derecho en la Universidad de Madrid, y en 1.º de Diciembre siguiente empezó a explicar la Cátedra de Legislación comparada, en sustitución del señor La Serna.
Cuando estalló la Revolución de Septiembre de 1868, fue separado de la Universidad el señor de Barrio Mier, y en el curso 1868 al 69 abrió una Cátedra privada de Derecho en unión del Doctor don Vicente Oliver Bico.
En las Cortes de don Amadeo de Saboya fue por primera vez elegido Diputado por el Distrito de Cervera de Pisuerga, al cual vino representando después frecuentemente en el Congreso, y siendo el más joven de todos los diputados del año 1871, asombró al Parlamento el portentoso trabajo de su privilegiada inteligencia.
Al constituirse la Mesa presidencial, fue elegido tercer Secretario. Habló por primera vez en el Congreso el día 9 de Mayo, impugnando el acta de don Servando Ruíz Gómez, candidato ministerial electo por La Vecilla, provincia de León.
Poco después ganó en reñida oposición una Cátedra de Derecho en la Universidad de Zaragoza, y cuando empezó la última guerra civil, dando una prueba más de su amor a la Causa Católico-Monárquica, abandonó la Cátedra y la carrera que tan brillante porvenir le ofrecían, y se fue al territorio dominado por las armas carlistas en el Norte, ofreciendo sus servicios a don Carlos de Borbón y de Austria-Este, cuyo augusto señor le nombró Corregidor de Vizcaya; también fue Decano de la Facultad de Derecho de la Real y Pontificia Universidad de Oñate, cuya solemne inauguración tuvo lugar en Diciembre de 1874; excusando decir nosotros que ambos cargos fueron desempeñados con entera satisfacción de todos por nuestro ilustre biografiado.
Terminada la guerra, emigró el señor Barrio Mier a Francia, y al regresar a España hizo oposiciones a una Cátedra de la Facultad de Derecho en la Universidad de Oviedo, y hará ya unos veinte años pasó, por oposición, a la Universidad Central explicando allí la asignatura de Legislación comparada, que es una de las del grupo del doctorado de Leyes.
En vista de sus méritos y talentos, fue nombrado Consejero de Instrucción Pública a principios del presente siglo, y Decano de la Facultad de Derecho el año 1906. En estos elevados cargos cumplió siempre de una manera delicada su misión, dando una prueba de entereza de carácter, de celo y pulcritud en el desempeño del Decanato cuando hace pocos años se opuso a que el Gobernador Civil de Madrid, Marqués de Vadillo se personase en la clase que posee para explicarla mientras estuviese revestido de carácter de autoridad gubernativa, cargo incompatible con el de profesor según la ley. Aquel incidente dio mucho que hablar; y habiendo apelado dicho Catedrático ante el Ministro, éste dio la razón al Decano, como era de justicia. Con aquel motivo recibió el señor de Barrio y Mier muchas felicitaciones, no sólo de los carlistas, sino que también de otros elementos bien distanciados de la Comunión Católico-Monárquica.
Cuando Don Carlos de Borbón nombró Delegado suyo en España al Marqués de Cerralbo y los carlistas entraron en su periodo de actividad extraordinaria en el terreno legal, en las primeras elecciones políticas que se presentaron, que fueron las del año 1891, fue nuevamente elegido diputado a Cortes por Cervera del Río Pisuerga, D. Matías Barrio y Mier, quien desde entonces hasta su fallecimiento ejerció casi siempre la Jefatura de la Minoría Tradicionalista del Congreso. En un periodo de diecinueve años, únicamente en una legislatura dejó de representar aquel distrito en las Cortes, si bien perdió la elección por muy pocos votos, teniendo el Gobierno que apelar a inveteradas malas artes para derrotarle.
De su gestión como Diputado y Jefe de la Minoría carlista del Congreso, bien alto hablan los admirables discursos pronunciados por el señor de Barrio Mier en distintas ocasiones, todos ellos modelos de corrección y elegancia. Sus contestaciones a los discursos de la Corona forman una brillantísima ejecutoria parlamentaria, sobresaliendo en ellos la firmeza en la doctrina y la claridad en la exposición.
Su oratoria, lejos de ser apasionada, era sencilla, apacible y razonada; su palabra era fácil y su lógica inflexible. Capitaneando en el Congreso nuestras valientes minorías agrando la fama de su nombre con sus notabilísimos discursos en defensa no sólo de nuestros ideales, sino de innumerables asuntos de verdadero interés para el país.
El día 7 de Diciembre de 1899 fue nombrado el señor de Barrio Mier por D. Carlos de Borbón y de Austria-Este para relevar al Marqués de Cerralbo en el cargo de Jefe Delegado de la Comunión Católico-Monárquica. Durante más de diez años llegó a ostentar la alta representación de Don Carlos; y cuán bien supo cumplir los grandes deberes de su elevado y difícil cargo, demostráronlo las muchas pruebas de afecto y consideración que constantemente recibió de parte del Egregio Desterrado de Venecia, y las grandes simpatías de que siempre disfrutó entre los elementos tradicionalistas, que le querían y respetaban por lo que valía por lo que representaba. Cuatro elecciones de Senadores del Reino y Diputados a Cortes tuvieron lugar durante el tiempo en que el ilustre Barrio Mier figuró al frente de la política del Carlismo.
El exceso de trabajo, sin duda, le acarreó al Sr. De Barrio Mier una anemia y postración general que le condujeron al sepulcro, falleciendo cristianamente en Madrid el día 23 de Junio del año 1909. Su cadáver fue enterrado en Verdeña, su pueblo natal; el solemnísimo acto de traslado a la estación del Norte, en Madrid, fue presidido por D. Pablo Higes (padre espiritual del finado), por D. Carlos Barrio (hijo), por D. Bartolomé Feliú (como Jefe-Delegado de la Comunión carlista), por D. Eduardo Dato (como Presidente del Congreso de los Diputados), por los ministros de la Gobernación y de Gracia y Justicia (en nombre del Gobierno de Don Alfonso), por el rector de la Universidad Central, por el Padre Fray Bonifacio Aval, Agustiniano, por el Doctor Recondo y por D. Pedro Fernández Durán.
Del numeroso acompañamiento que tuvo tan luctuoso acto recordamos a los generales carlistas Maldonado, Villar (D. Amado y D. Mario), González-Granda, Medina, Llorens y Solana; a los marqueses de Villadarias, de Tamarit, de Figueroa, de Ibarra, de Vadillo y de Valdivia; a los condes de Garay, de Rodezno, del Pinar, de Guernica y de Casa-Sola; a los Diputados carlistas Vázquez de Mella, Díaz Aguado Salaberry y Sanz; al Diputado integrista D. Manuel Serante; a personajes liberales de tan distintas ideas como don Segismundo Moret, D. Juan de la Cierva, D. Gumersindo de Azcárate, D. Faustino Rodríguez San Pedro, D. Rafael Maria de Labra y D. Bernabé Dávila; al Director de El Correo Español D. Benigno Bolaños, al Párroco D. Francisco Hernando Bocos, y tan nutridas como distinguidas comisiones del Congreso de los Diputados, de la Universidad Central, del Colegio de Abogados de Madrid y de otras muchas e importantes corporaciones. Los estudiantes de la Facultad de Derecho, con su estandarte al frente, rodearon el coche fúnebre como dándole guardia de honor.
El Excmo. Ayuntamiento de Palencia acordó dar el nombre de Don Matías Barrio Mier a una de las calles de dicha capital, según tuvimos el gusto de leer en El Cruzado de Castilla el día 10 de Marzo de 1912.
Biografía publicada en "Políticos del Carlismo", por el B. de Artagan en el año 1913
A. C. T. Fernando III el Santo
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