Después de Calomarde, Cea Bermúdez iba a defender la rama isabelina con manifiestos que prometían el mantenimiento del edificio tradicional y garantizaban al país contra cualquier cambio político.
Gran artículo; yo diría que, si dejamos a un lado los nefastos (por incomparables) gobiernos izquierdistas de la I y II Repúblicas, este de hoy en día puede recordar por su manifiesta incapacidad de gestión [1] inconcreción y proliferación de falacias al de Cea Bermúdez...quizá en dura pugna con el gabinete de Sagasta-Moret en la luctuosa fecha de 1898.
Calomarde, rechazado desde 1832 por los carlistas y los liberales, fue para éstos la personificación de todos los males que atribuían al carlismo y de los que habían sido propios del absolutismo fernandino.
Las lecciones de la historia tal vez nos sugerirían la posibilidad de que la tópica acusación de “fascismo” recaiga contra los últimos, cronológicamente que se hallen situados en las odiadas estructuras del “sistema”. Aunque éstos quieran tener para sí mismos conciencia de deseos “aperturistas” y de esperanzas reformistas y evolutivas.
Es graciosa, esta asociación que hace el profesor Canals entre los absolutistas fernandinos y los "fascistas" (de 1975) que a su vez serían los llamados "aperturistas" del Franquismo. Curioso paralelismo.
[1] Quizá en el plano económico, el de Cea Bermúdez sea más cabal que este que nos ocupa.
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