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Tema: Francisco Elías de Tejada

  1. #1
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    Francisco Elías de Tejada

    Francisco Elías de Tejada

    Francisco Elías de Tejada y Spínola, filósofo e historiador del derecho y de las ideas políticas, está considerado como una de las figuras más eminentes del iusnaturalismo europeo del pasado siglo. Dedicó todos sus esfuerzos a la ontología del derecho, alienando la noción de Estado en la tradición política de Occidente frente a la banalización formalista y a las pulsiones totalitarias de nuestro tiempo.

    Vida.

    Nació en Madrid en 1917, si bien su familia paterna era natural de Castuera, y la materna de Granja de Torrehermosa, ambos pueblos sitos en la provincia de Badajoz y haciendo linde con la de Córdoba. En la villa de su madre vivió toda su infancia, y a la casa solariega de sus ancestros volvía siempre que tenía ocasión. Era un hombre de estatura mediana, ancha y cuadrada frente, pupilas chispeantes tras las gafas y gesticulación pródiga y expresiva. Vestía con descuido y hacia gala de cierto aire bohemio. Su torrencial palabra venía difuminada por un ceceo entre extremeño y andaluz. Era extrovertido, abierto, vehemente y atrabiliario. Hablando practicaba la inmoderación: radical en las posiciones, generoso con el amigo e inexorable con el adversario. Pero su agresividad, como la del hidalgo calderoniano, era noble. Siempre se le veía venir. Desconocía el resentimiento y la envidia. Por eso tenía el talante despreocupado y alegre.

    Elías de Tejada no abrigó más ambición que la de realizarse como estudioso. Nacido en una familia de terratenientes hidalgos y constitutivamente austero, jamás se propuso enriquecerse. Sus únicas necesidades extraordinarias eran los libros y los viajes de estudio. Ni siquiera aspiró a posiciones en la jerarquía universitaria. Fue un viajero infatigable por todas las latitudes. En cada país que visitaba, adquiría una pequeña figura vestida con el traje típico; poseía una colección impresionante dominada por el exotismo. Entre sus libros hay tesoros de etnología, antropología y sociología de Oceanía y África.

    Su trayectoria académica fue deslumbrante. Se licenció en derecho en su ciudad natal y, más tarde, en las Universidades de Oxford y Berlín. En 1941, con veinticuatro años, era catedrático de Filosofía del Derecho en la Universidad de Murcia. Desde 1941 a 1951 fue catedrático en la Universidad de Salamanca. Durante el periodo de 1951 a 1977 regentó la cátedra de Filosofía del Derecho en la Universidad de Sevilla. Finalmente, en el año 1978, obtuvo dicha cátedra en la Universidad Complutense de Madrid, donde la muerte le sorprendió al año de asumir el cargo.

    Se casó con Gabriela Pércoro, perteneciente a una familia napolitana con humanistas de mérito. Eran almas gemelas en la vocación intelectual, en la pasión viajera y en el tradicionalismo político.

    Elías de Tejada fue un gran políglota: leía con fluidez el latín filosófico y el jurídico, conocía el griego clásico y el moderno, tenía nociones de sánscrito y chino, dominaba el alemán, francés, inglés, italiano y portugués, leía el sueco, holandés, japonés y polaco. Para profundizar en sus estudios sobre diversas culturas, aprendió vascuence y bantú. Armado de tales instrumentos, su capacidad de lectura era inmensa. Su biblioteca tenía un total de 50.000 volúmenes, que una vez fallecido fueron donados por su viuda a la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, de la cual Tejada era miembro. La biblioteca tiene gran valor, debido a su especialización temática, y es la colección privada de filosofía del derecho más importante que jamás haya habido en España.

    Pensamiento

    La obra de Elías de Tejada -sobre la que de momento se han publicado dos tesis doctorales, una en Alemania y otra en España- es muy amplia; entre libros, folletos y artículos de revista alcanza los 278 títulos.

    La temática de su producción literaria giró en torno a la monarquía católica, el federalismo tradicional, el pensamiento político castellano y las culturas y tradiciones catalanas, vascas y gallegas y, en particular, sobre la historia de la filosofía española. Su dedicación a esta última disciplina dio importantes estudios sobre Orosio, San Isidoro, Ibn Paqûda, etc. Dirigió la tesis doctoral de Enrique Tierno Galván.Pero su producción más extensa fue para historiar las ideas políticas de las Españas, plural que, entre otros territorios, incluía Portugal, el Franco Condado o Nápoles. En este sentido, fue un eminente continuador de Menéndez y Pelayo.

    Tejada denuncia que, a partir del Iluminismo, en Europa es impuesta una revolucionaria concepción del hombre reducido a individuo, viviente fuera del tiempo y del espacio, que pretende ignorar la historia, la naturaleza y a Dios, y que construye una sociedad artificialmente organizada en sistemas de representación y de poder igualitarios, arbitraria e implícitamente totalitaria. Tal antropocentrismo no podía mas que provocar la “muerte del hombre” y las dramáticas consecuencias político-sociales que han devastado el siglo XX.

    Frente a esta falsa y ruinosa ideología, Tejada contrapone la tradicional concepción del hombre como persona concreta hecha a imagen de Dios, viviendo según su naturaleza, en la historia y en la sociedad, como heredero y encarnación de una tradición religiosa, cultural y civil. El hombre real nace en el seno de una familia, de una comunidad local y de una patria, en las cuales debe ocupar un puesto y desempeñar un papel preciso. Su vida social se organiza basándose en un sistema de representación local, a partir del municipio, en el cual puede cumplir la propia misión familiar, ciudadana y patriótica, gozando de las libertades concretas que le permiten desarrollar sus propias capacidades espirituales y materiales.

    Paralelamente, la comunidad política no es considerada como una suma de individuos que arbitrariamente conviven, ni como un ente colectivo que los absorbe y anula, sino como un “corpus sociale“; una Comunidad orgánica compuesta de familias y micro-sociedades, que realiza el bien común en su concreta e histórica exigencia. En esta perspectiva, los artificiales y abstractos conflictos entre libertad y autoridad, anarquía y totalitarismo, individuo y Estado, particularismos y universalismo, son superados en el interior de un orden político que garantiza la libertad en la paz y la unidad en la pluralidad.

    En la historia de España y de las patrias que ella generó en el continente Hispanoamericano, tal sistema político estuvo basado por siglos sobre los fueros, o sea, sobre la concreción histórica del principio de subsidiaridad, que bajo las formas de organismos de auto-gobierno y de representación local se encarnaban en las tradiciones de la Comunidad, y que funcionaban como salvaguarda de la libertad individual, barrera contra los abusos y garantía del bien común. Este ejemplo histórico permite descartar la actual falsa alternativa entre centralismo y separatismo, al cual Tejada opone la solución tradicional, realizada en la vida civil del pueblo cristiano. Ella consiste en promover el renacimiento de las autonomías locales, basadas sobre vínculos de sangre, afinidad y amistad, manteniéndose jerárquicamente unidas y ordenadas en el vinculo común de la sociedad política organizada en los cuerpos intermedios.

    Gran viajero y conocedor de las culturas populares, Tejada tubo un especial amor por la ciudad de Nápoles, en la cual encontró sus propios orígenes familiares. De entre su gigantesca obra destacan dos títulos; el monumental e inconcluso Tratado de filosofía del Derecho, y el no menos colosal Nápoles Hispánico, terminando en 1964 y que puede ser considerado como la más completa reconstrucción histórica, política y jurídica del Nápoles enmarcado en el Imperio Español, desde el siglo XV al XVIII. Aquí Tejada se desquitó de la lectura que la historiografía oficial, primero en el Iluminismo y después en el Resurgimiento italiano, ha realizado de la dominación española, habitualmente presentada como uno de los periodos más negros previos a la unificación estatal de la península itálica. Para el historiador y filósofo español no se trató de dominación, sino de federación, y la relación no fue de sumisión, sino de co-división entre gentes de igual dignidad. Según Tejada, Nápoles entró a formar parte de la Confederación de las Españas, que unía a los pueblos europeos y americanos por dos vínculos indisolubles; la Fe en el mismo Dios, y la federación misma, en la que se conservaban las instituciones, autonomías y culturas propias. En el respeto de sus tradiciones e identidad, la nación napolitana fue llamada por el Rey español a encuadrarse bajo el estandarte de Imperio para, de este modo, continuar su misión histórica de ser ariete y valladar de la Cristiandad contra el expansionismo mahometano.

    Obra

    Entre sus muchos títulos, mencionaremos: En torno al concepto de nación (1939), Introducción al estudio de la ontología jurídica (1942), El racismo. Breve historia de sus doctrinas (1944), Las doctrinas políticas en la Baja Edad Media inglesa(1946), El hegelismo jurídico español(1944), La filosofía jurídica en la España actual (1949), La causa diferenciadora de las comunidades políticas (1953), La ciencia jurídica en Islandia (1954), Curso de filosofía del derecho (1953), La monarquía tradicional(1953), Las doctrinas políticas de Raimundo de Farias Brito (1953), Estudios de derecho bantú (1974), La Filosofía del Derecho en Finlandia (1951), La filosofía jurídica en la Noruega contemporánea (1954), Sociología del África Negra (1956), El Franco-Condado hispánico (1975), Tratado de Filosofía del Derecho (1974), La tradición portuguesa (1997), La tradición gallega (1987) El Reino de Galicia(1966), El Pensamiento político de los fundadores de Nueva Granada (1955), Los fueros valencianos (1974). La Real Academia de Ciencias Morales y Políticas ha publicado sus Obras Completas.

  2. #2
    Chanza está desconectado Miembro graduado
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    Re: Francisco Elías de Tejada

    Si Paco Elías de Tejada (q.s.g.h.) ve que los de la Fundación Burke le incluyen bajo el epígrafe de "lo conservador", no es que le diese algo: es que les daría algo a los de la Fundación Burke tras la que les iba a montar. Pandilla de oportunistas, desertores y sinvergüenzas.

  3. #3
    Gothico está desconectado Miembro Respetado
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    Re: Francisco Elías de Tejada

    Según Tejada, Nápoles entró a formar parte de la Confederación de las Españas, que unía a los pueblos europeos y americanos por dos vínculos indisolubles; la Fe en el mismo Dios, y la federación misma, en la que se conservaban las instituciones, autonomías y culturas propias
    Nunca jamás ha existido oficialmente algo llamado "Confederación de las Españas", ni España ha sido jamás una "federación" ni "confederación" de ningún tipo.
    La única cosa parecida a una "confederación" se dio en la Corona de Aragón durante la Edad Media
    Otra cosa es que Elías de Tejada quisiera elaborar una doctrina filosófico- política partiendo de un sesgo peculiar de la Historia de España estimado como ideal por el carlismo, extrapolando dicho ideal a toda la Historia de España en bloque.
    Última edición por Gothico; 08/07/2008 a las 14:06

  4. #4
    Chanza está desconectado Miembro graduado
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    Re: Francisco Elías de Tejada

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    Cita Iniciado por Gothico Ver mensaje
    Nunca jamás ha existido oficialmente algo llamado "Confederación de las Españas", ni España ha sido jamás una "federación" ni "confederación" de ningún tipo.
    La única cosa parecida a una "confederación" se dio en la Corona de Aragón durante la Edad Media
    Otra cosa es que Elías de Tejada quisiera elaborar una doctrina filosófico- política partiendo de un sesgo peculiar de la Historia de España estimado como ideal por el carlismo, extrapolando dicho ideal a toda la Historia de España en bloque.
    El problema está en la mayúscula inicial de "Confederación", tal como aparece en la web de los liberal-conservadores de la Fundación Burke. El término confederación, usado en sentido lato, ayuda a entender la peculiar --para el magín contemporáneo-- constitución histórica de las Españas.

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