Hay que ser muy cuidadosos al opinar acerca de Cataluña
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Se envalentonan los separatistas. Y no me extraña que se envalentonen. Viendo que Mariano Rajao no hace nada y que la "oposición" del PSOE tampoco se toma muchas molestias en denunciar estas cosas, no me extraña que se suban a la parra. Y mientras tanto los pobres catalanes siguen viviendo en una de las regiones más arruinadas y empobrecidas de España, la que en otro tiempo fué la próspera Cataluña. ¿Le echarán algunos la culpa a España? Que se la echen a la corruptela de CIU y su despilfarro autonómico, por no hablar de la sangrante inmigración descontrolada y tercermundista traída por el PSOE. Y sin olvidarnos del PP que alienta la catalanofobia en otras regiones para movilizar a su electorado rancio y casposo mientras que estando en el gobierno no hace para para pararle los pies a los separatistas.
El “Centre d’Estudis Estratègics de Catalunya” (CEEC) se auto-define en su página web como“una organización no gubernamental, sin ánimo de lucro, con voluntad de servicio a la sociedad catalana y vocación de ‘think tank’ para los actores institucionales de Cataluña”, añadiendo que ésta, “como cualquier otro país, necesita capacidad de análisis sobre los problemas y asuntos que afectan a la seguridad y la defensa”.
Hasta ahí, y dado lo agitado de estos tiempos, la iniciativa, por supuesto legítima, nada tiene de reprochable, ni nada cabe objetar a los miembros del equipo que dirigen y/o desarrollan los trabajos del CEEC, integrado por el analista Jaume Fernández, el experto en seguridad pública y terrorismo Montoto Guifré y el especialista en guerra naval, operaciones conjuntas, industria de defensa e historia militar (ahí es nada lo que domina este hombre) Pol Molas. Todos ellos presididos por el inefable Miquel Sellarés i Perelló,
Lo que pasa es que el CEEC ha alcanzado el colmo de la estupidez política con la publicación de un documento (Nº 5), fechado el 1 de abril de 2013, titulado “Futura Fuerza de Defensa de Cataluña”, que no tiene desperdicio. Para empezar, su cretina propuesta arremete gratuitamente contra la Carta Magna, dando por hecho un supuesto inexistente de independencia formal de Cataluña y despreciando olímpicamente el contenido de su artículo 149.1, que establece la competencia exclusiva del Estado en materia de Defensa y Fuerzas Armadas. Y no digamos nada del artículo 8.1, cuyo texto tanta alarma (casi pánica) suele provocar entre los secesionistas catalanes: “Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional”.
En su provocadora torpeza analítica (más que de un análisis se trata de una boutade de marca mayor), el documento del CEEC llega a sostener que “los objetivos de la defensa nacional de Cataluña han de ser”, entre otros no menos esperpénticos, “conservar la soberanía nacional y la independencia del Estado [catalán]”, “mantener su integridad territorial y ser capaces de responder a una amenaza externa” y “proteger la vida y la libertad de los catalanes, no sólo dentro de nuestro territorio, sino también en el extranjero”…
La cantidad de sandeces que incluye la propuesta del CEEC sobre el modelo de la “Fuerza de Defensa de Cataluña” es tan grande, que renunciamos a comentarlas de forma precisa, limitándonos adjuntar el documento original en un archivo pdf para la mejor información de nuestros lectores.
Aunque sí consideramos conveniente que las autoridades militares y civiles analicen detenidamente su contenido, por si fuera constitutivo de algún tipo de delito más allá del evidente de “lesa estupidez”. Y en primer lugar el ministerio de Defensa que titula Pedro Morenés, empeñado en confundir habitualmente cualquier declaración patriótico-constitucional de los militares españoles con ignominiosos pronunciamientos golpistas: ahí tiene, pues, carroña de sobra para sus hienas.
Por su parte, el provocador Miquel Sellarés haría bien en moderar sus excesos ofensivos, poco útiles incluso para la causa independentista que tan burdamente defiende, y que, dada su contumaz fijación al respecto, no dejamos de recomendarle que lo haga de forma menos obscena, más fina e inteligente y acorde con el reconocido seny catalán. Su vinculación a multitud de proyectos políticos fracasados, como la “Fundació Centre de Documentació Política” (FCDP), en la que llegaron a participar la Generalitat de Cataluña y la Diputació de Barcelona, y a todo un sinfín de operaciones estrambóticas en el ámbito policial y de la comunicación, es tan conocida como lamentable.
Sellarés, además de haber sido nombrado por Jordi Pujol en 1983 primer director de Seguridad Ciudadana de la Generalitat, ha basculado desde la órbita política de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), de la que fue expulsado, hasta la de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), en la que ahora habita. Y en ese agitado recorrido nunca ha dejado de sembrar despropósitos, cada cual más absurdo.
Recientemente, cuando se le preguntó por el caso de espionaje político en Cataluña y su supuesta conexión con el CNI, dio está lacónica respuesta: “Estamos en guerra”. Antes, convertido en un patético “brazo armado del independentismo catalán” al estilo de un “Torrente” de tercera categoría, que ya es decir, ha defendido de forma sistemática que “la Generalidad debe practicar juego sucio contra el Gobierno”.
Ni corto ni perezoso, Sellarès afirmó además en dos entrevistas publicadas en “Ara” y “El Punt Avui”, sin prueba alguna, que el caso de espionaje de la agencia de detectives Método 3 (grabó una conversación de Alicia Sánchez-Camacho y la ex pareja del hijo de Jordi Pujol) “es una operación clásica de desestabilización” llevada a cabo por el Gobierno, que a tal efecto“utiliza todos sus medios”.
Según este grotesco personaje, que también fue cesado como secretario de Comunicación de la Generalitat (2003 a 2004) con el primer tripartito, nada menos que por elaborar informes secretos sobre la prensa y los periodistas de Cataluña, “el objetivo” del Gobierno de Rajoy es“parar las aspiraciones independentistas” y en esta supuesta tarea considera que el espionaje como “una maniobra lógica”.
Pero Sellarès no se queda ahí. En la línea de sus declaraciones realizadas en los últimos meses (exhortando, por ejemplo, a poner fin a los que en su paranoia considera “quintacolumnistas”, camuflados incluso dentro de los Mossos d’Esquadra), ha indicado que los secesionistas no pueden ir “con el lirio en la mano”, y les advierte: “Tengámoslo todos claro: estamos en guerra. En una guerra moderna, que quiere decir sin violencia, al menos la que hemos conocido históricamente”.
Lo dicho: el día menos pensado vemos a “Torrente Sellarés” paseando por las Ramblas de Barcelona con casco de kevlar y chaleco antibalas.
Leer: “La Futura Força de Defensa de Catalunya”
Última edición por Adriano; 22/04/2013 a las 03:16
Hay que ser muy cuidadosos al opinar acerca de Cataluña
Beati qui non viderum et crediderunt: ‘Bienaventurados los que no vieron y creyeron’
Viva la Sagrada Hispanidad
lo que necesitamos es una fuerza de defensa contra el independentismo.
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