Tema: PXC expulsa a Josep Anglada

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Quien no sabe gobernarse a sí mismo, sólo le aguarda el fracaso, y más tarde o temprano, la soledad más absoluta. Josep Anglada i Rius es hoy un cadáver político, un espectro de lo que pudo ser y no será. Por deméritos propios, sin duda. Si fuera un hombre de honor, dudo que conozca qué significa esa palabra, sólo una bala en la sien podría reparar el agravio cometido. No sería menester unas palabras de despedida. Aquellos que lo llegamos a conocer comprenderíamos su último gesto. Y cuando alguien mencionara su nombre, prudentemente, guardaríamos silencio. Porque la vida sigue, en ocasiones, como siguen las cosas que no tienen sentido.

Josep Anglada i Rius ha terminado convirtiéndose en una fotocopia en blanco y negro de la familia Pujol, de Mario Conde, de Lluís Millet, de Pilar Miró, de Macià Alavedra, de Iñaki Urdangarin, de Luís Roldan, de Jesús Gil y Gil y de tantos otros miles de macarras –con o sin bigote- que pueblan y despueblan esta nación de tullidos e incapaces. Rufianes que creyeron estar por encima del mal y del bien, que existir, existe, por mucho relativismo que nos desgobierne. Que incluso llegaron a pensar que el deber y la honestidad eran cosas de tiempos pretéritos y gente antigua.

Pero por fortuna, también existieron otros hombres y mujeres que con su ejemplo, limpio y cristalino trazaron el camino a seguir. Hombres y mujeres que entregaron sus vidas en los campos de batalla, en las cunetas de carreteras secundarias, frente a un pelotón de fusilamiento o simplemente, en el silencio de su no existencia, porque sus ideales, dijeron, eran de tiempos pretéritos y gente antigua. ¡Qué pena no haber vivido esos siglos junto a esos hombres y esas mujeres!

Ahora toca volver al trabajo con la lección aprendida y la herida abierta en carne propia. Pronto sanará. Posiblemente, a día de hoy, el mayor éxito de la Plataforma per Catalunya no haya sido obtener 67 regidores. Sin duda, el desenmascarar a un timador y extirpar su veneno tenga, a largo plazo, más valor que unos miles de votos.

Alea jacta est