Re: Cataluña y Unión Europea
Es una paradoja burlesca que las aspiraciones de los separatistas catalanes sean lograr una identidad propia estatal a base de integrarla después en el laminado europeo. Es decir, me salgo de España para que me llamen "nación" e inmediatamente de lograr ese objetivo, vuelven a entrar en dicha Unión para ser laminados, ¡de locos!
No obstante, no puedo coincidir con DE PRADA en la cuestión de esa integración express que menciona. Y me baso en algunas razones de peso. La primera es el efecto contagio que se puede producir en otros "estaditos-renunciantes-a su-soberanía-pero-que-conservan-su-identidad histórica-territorial": Reino Unido, Francia, Italia, Polonia, Bélgica..., todos y alguno más, podrían perder parte de esa identidad territorial histórica (léase las líneas fronterizas de los mapas de los colegios e institutos), porque si a la UE le convienen unos Estados miembros soberanamante disminuidos y achicados, no le interesa en modo alguno una Europa de las regiones o una Europa de las nacionalidades que serían un puzzle propio de "la casa de tócame Roque".
Pero la segunda de las razones es que la UE no puede escapar al imperio del llamado Derecho Internacional Público, o abreviadamente DIP, porque si bien no está codificado en un texto único, si lo está en toda una serie de legislaciones mundiales, regionales y nacionales, y no es sólo aplicable a la UE, sino al mundo entero. Así las cosas, la UE no podrá saltarse la normativa internacional sobre tratados y acuerdos, así como la de elaboración propia e integrada en los diferentes ordenamientos nacionales. Hablando en claro para que la gente se entere, y por encima de lo que "a mi me gustaría y creo que va a pasar". El Estado español es el "signatario" de todos los acuerdos firmados y "autenticados", depositados ante la Secretaría General de la ONU, en documento en 5 idiomas, los que son bilaterales y los multilaterales, los acordados con terceros y los acordados con la UE. ¿Y por qué? por la sencilla razón de que España tiene personalidad jurídica internacional propia, o sea, está reconocida por la Comunidad de naciones casi al completo, salvo poco más de 6 ó 7 Estados cuyos máximos representantes son Taiwán, Corea del Norte, etc., porque el resto son microestados o casi estados de juguete. Dicho reconocimiento lleva a lo que se conoce como normalidad de plenas relaciones.
Si, por la desidia de unos, el abandono de sus funciones de otros, más la traición del resto, Cataluña se segregase de España en unas elecciones autonómicas, no lo olvidemos y no un referéndum, y hay que ver lo que me recuerda el asunto al golpe de Estado de 1931, Cataluña tendría que adquirir esa personalidad jurídica internacional de la que ahora carece porque sigue formando parte de España. Estará obligada, si o si, a firmar todos los acuerdos y tratados habidos y por haber. Y eso incluye los acuerdos y tratados comerciales,que son los que finalmente más suelen doler. Como resulta que mientras tales firmas se llevan a cabo, y para ello hay no sólo unos pasos sino todo un protocolo, los catalanes, ya independizados, seguirán teniendo que comer cada día, y cuando los estómagos estén vacíos ya veremos en qué acaba la aventura.
Como la cosa no es una minucia precisamente, además, se demuestra que la sociedad catalana está rota, fragmentada y enfrentada consigo misma. Y esto no lo afirman los picatostes politiqueros de turno, ni los cipayos de los medios de idiotización de masas, no, lo están diciendo las personas, lo está diciendo gente que afirma que en sus casas sus familiares están divididos y enfrentados, y eso, se mire como se quiera mirar, es el antecedente de una guerra civil.
Última edición por Valmadian; 19/09/2015 a las 22:18
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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