El dramaturgo arremete contra el Ayuntamiento de Bellpuig por otorgarle el premio "Boira", galardón al personaje anticatalán del año, e intentar que se lo tome con buena cara.

9 de septiembre de 2006. Al alcalde de Bellpuig, Josep Pont, le ha caído una buena chuza por el patrocinio de su Ayuntamiento a unos polémicos premios.

Como cada año, el citado ayuntamiento concedió el premio Boira –niebla- al personaje más significativo del año por su oposición al nacionalismo catalán. El premio, galardón hostil, ha recaído este año en el dramaturgo Albert Boadella y la respuesta del intelectual no se ha hecho esperar: a través de una carta, enviada a Pont y a los medios, Boadella le envía "sin hostilidad ni ironía, pero con serenidad e íntima satisfacción, concretamente a la mierda. Usted, sus premios y la Cataluña que nos pretende imponer".

No contento con esto, el dramaturgo manifiesta que "nacionalismo y democracia se muestran incompatibles" y su malestar ante el hecho de que sea un Ayuntamiento quién otorgue un premio de estas características, ya que, asegura, que de proceder de una entidad privada habría contemplado una respuesta humorística "pero el humor requiere cierta consideración sobre el grado mental del otro, y usted no la merece".

Después de semejante chaparrón, el alcalde de Bellpuig sólo ha declarado que él no votó a Boadella, que los aspirantes al premio son propuestos por diferentes entidades culturales de la localidad. Al menos le queda el consuelo del otro premio del Ayuntamiento: el Estel –estrella-, galardón de todo lo contrario y que este año se ha entregado, sin represalias verbales por el momento, al ex presidente del Parlament, Heribert Barrera.



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