He recurrido a Viktor Frankl, concretamente a su obra
La presencia ignorada de Dios Editorial HERDER, pero el libro lo leí hace años y ya no recuerdo las posibles respuestas que ofrece. A efectos de informarnos de quién es V. Frankl, hay que decir que sostiene que frente a la "impulsividad inconsciente" que sostenía Freud, existe una "espiritualidad inconsciente".
Él parte de su propia experiencia en el análisis de los sueños y llega a la conclusión de que existe en el individuo sumido en la inconsciencia una religiosidad implícita que llama "presencia ignorada de Dios", que da título al libro. Este investigador era neurólogo y psiquiatra, y fundó la tercera escuela vienesa de psicoterapia, conocida como "logoterapia".
Respecto a lo que pensaba en relación con la actividad médica, creo que estas palabras vienen bien al caso que has planteado hermano Godofredo de Bouillo:
El psicoanálisis contempla al hombre como dominado por mecanismosy en su óptica el médico se presenta como quien sabe manejar dichos mecanismos, es decir, como quien domina la técnica para volverlos a poner en orden tan pronto se desarreglan.
¡Qué cinismo se oculta tras este concepto de la psicoterapia como técnica, como psicotécnica! ¿ O acaso no es esto como si sólo pudiéramos introducir al médico en calidad de técnico después de haber considerado al paciente, al hombre enfermo, como una especie de máquina? Sólo un hombre máquina tiene necesidad de un médico técnico.
(op. cit., pág. 14)
Nos encontramos con una consideración esencial al hombre: Dios está con el enfermo, si éste solicita que lo desconecten ¿es un suicidio?, o, si lo desconectan por voluntad del "médico-técnico" o de los familiares, ¿es eutanasia aunque haya certeza de que se trata de un enfermo terminal sin posibilidad alguna de recuperación? ¿hasta dónde llega la "certeza" de que no hay ya respuesta procedente de una mínima actividad neuronal?
Yo me inclino por la tesis de Frankl, la otra es materialista ciento por ciento.
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