Re: ¿Cuál es el modelo cosmológico correcto?
Por otra parte, el sr. Robert Sungenis cuando habla lo hace en razón de lo que "a él le parece", pero demuestra desconocer aspectos esenciales de la Física o las Matemáticas. No voy a ser yo quien entre en una tal discusión con un hombre ausente, pero si voy a exponer un argumento que para cualquiera que tenga un razonable uso de razón sea suficiente acerca del error del geocentrismo, que no es otra la sempiterna intención de todos estos hilos: imponer, si o si, un modelo falso, erróneo, pagano y contrario a la teología de la Creación. Tal como ya he hecho constar en otros hilos, y en no sé cuantos habrá que volver a insistir en "más de lo mismo". Pero todo tiene un límite.
Si observamos el firmamento veremos que todos los objetos salen por el Este (E) y se ocultan por el Oeste (W). Y esto incluye a los cuerpos del Sistema Solar, cuyo tránsito se observa en la llamada eclíptica o plano de la elíptica, que es la correspondiente a los casi 24º de inclinación del Eje terrestre. Si la Tierra tuviese un eje recto... ¿de qué punto de referencia del Cosmos a cual otro? Es decir, en el Cosmos NO EXISTEN LOS PUNTOS CARDINALES. Por tanto, la inclinación sólo puede ser en relación a si misma y a su órbita alrededor del Sol y al plano de éste. Pues bien, si no existiese dicha inclinación todas los constelaciones pasarían por el firmamento en forma recta al azimut en ángulo de 90º, y los cuerpos del Sistema Solar lo harían por la línea del horizonte visto desde cualquier punto del globo por igual, lo que todo el que tiene un mínimo de estudios sabe que no es verdad. Así, por ejemplo, el Sol visto desde cualquiera de los Polos aparece en dicha línea hasta el extremo de que debido a la oscilación del ángulo terrestre de exposición, durante 6 meses al año hay invierno polar (apenas si hay luz diurna), mientras que en el ecuador el Sol sale por el E y se pone por el W pasando por el cenit, o punto más alto sobre la cabeza de un observador en dirección al punto central aparente de la semibóveda del cielo. Y ello, pasando por las posiciones (variables en varios grados) intermedias de las latitudes medias.
Observando mapas terrestres generales se puede comprobar que el Este se encuentra en el lado derecho de los mismos y el Oeste en el lado izquierdo, y no importa el tipo de representación que se trate, este aspecto siempre será igual. De Este a Oeste, en sentido antihorario, o sea, contrario a las agujas del reloj, el círculo de la esfera terrestre (360º) se divide en 24 partes u horas, lo que da una hora cada 15º, algo que suele provocar serios transtornos a quienes vuelan en un sentido u otro.
A su vez, los mapas generales estelares tienen la orientación opuesta a la de los mapas terrestres: el Este queda a la izquierda de los mismos y el Oeste a la derecha. Esto significa que tienen un sentido horario, o lo que es igual, el mismo sentido que las agujas del reloj.
La primera pregunta es ¿por qué? Si la Tierra no gira tales mapas son innecesarios, más todavía, o se hacen en sentido horario, o se hacen al contrario, sin que ello signifique nada importante. Pero que sean justamente opuestos es precisamente por que la Tierra si gira sobre sí misma, y tiene rotación anti-horaria.
Hay una segunda duda lógica: ¿por qué las mismas constelaciones dan una vuelta y otra apareciendo por el Este y desapareciendo por el Oeste cada 24 horas? Pero cuidado, es que las constelaciones cambian, varían según la época del año, tendrían que "desfilar" todas cada noche y no es así. La casi segura respuesta de un geocentrista es que aquellas que no se ven están pasando por detrás del Sol y la luz de éste impide su observación. ¡Ya! ¡claro! ¿y como es que pese a ello cambian? porque si fuera como dicen los geocentristas siempre se verían las mismas a no ser que estuviesen situadas a distintas distancias y mantuviesen diferentes velocidades. Lo malo es que las constelaciones no son sino asterismos o figuraciones imaginarias elaboradas por la mente humana. En resumen, las constelaciones realmente no existen. Entonces, ¿cómo es posible que los asterismos que las forman cambien de posición y las que observamos en invierno dejamos de verlas en verano y viceversa? Por una cuestión que los geocentroistas niegan a pesar de las evidencias y que hasta nosotros podemos comprobar con un sólo gesto: el paralaje debido a la traslación de la Tierra alrededor del Sol. ¿Y cuál es ese gesto? Fijemos la mirada en un punto cualquiera de nuestra casa. Cerremos un ojo y sigamos observando ese punto o un objeto cualquiera. A continuación, abramos el ojo y cerremos el otro. Es un juego que seguramente hemos practicado todos alguna vez. Comprobaremos que la posición no es la misma, ahora cerremos y abramos consecutivamente uno y otro, otro y uno, y estaremos comprobando lo que es un paralaje. Más todavía, desplacémonos lentamente por la habitación, o el sitio en el que nos encontremos, y sigamos haciendo lo propio, comprobaremos entonces sus efectos de modo mucho más acusado.
Luego, en otros hilos he repetido también la importancia de observar con un telescopio de aficionado simplemente, no hacen falta otros mayores. ¿Y por qué tiene tanta importancia dichas observaciones? Por que nos muestran que la Tierra está girando sobre sí misma. El tipo de montura que se utiliza habitualmente para instalar un tubo telescópico se llama ecuatorial alemana. Tiene dos ejes: uno de ascensión recta que pasa por ambos Polos, se mide en horas, minutos y segundos, y tiene sentido antihorario y equivale a la longitud sobre el plano terrestre. Y el segundo eje o de declinación que une el ecuador con cada Polo, midiéndose en grados, minutos y segundos de arco, o sea, +90º al Polo Norte y -90º al Polo Sur desde el ecuador o 0º. Lo que equivale a la latitud sobre el plano terrestre.
En resumen, son la proyección esférica de la Tierra sobre el plano aparente del cielo. A causa de ello los movimientos del tubo del telescopio suelen adoptar posturas extrañas, precisamente porque responden a proyecciones esféricas. Y para poder observar los objetos con más detalle o para ver los que a simple vista escapan a nuestra capacidad visual, es para lo que se ponen los llamados oculares que dan más o menos aumentos, los famosos aumentos que tanto obsesionan a quienes no saben de Astronomía. Esas piezas ópticas tienen diferentes diseños en razón de sus utilidades y usos. Y para saber cuántos aumentos aproximados se usan en un momento concreto, se divide la distancia focal del tubo entre la distancia focal del ocular (ambos datos los proporcionan los fabricantes figurando en el cuerpo de cada parte). Cuantos más aumentos se obtengan, mayor es la velocidad de desplazamiento de los objetos que caen dentro del campo visual o fragmento pequeño de cielo que se está observando.
Pues bien, si no ponemos motores que compensan la rotación terrestre, los objetos en lugar de observarse estáticos como una fotografía, se verán pasar por el campo aparente, o sea, aparecer por un lado y desaparecer por el otro. ¿y en qué sentido lo hacen?, pues de Oeste a Este y eso sólo es posible porque la Tierra está rotando en sentido antihorario, como el desplazamiento de los objetos en el campo visual del ocular.
Si la Tierra no girase pasarían, si o si, necesariamente, en el mismo sentido de Este a Oeste o en sentido horario. Eso sucedería sí, en efecto, como afirman los geocentristas, fuese el cielo el que girase alrededor de la Tierra. Pero no es así.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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