Re: Los Primeros Antropólogos.
Pero no ignoran únicamente a los antropólogos y etnógrafos españoles o hispanos. Por ejemplo, el antropólogo materialista Marvin Harris en su obra El desarrollo de la teoría antropológica (Siglo XXI de ESPAÑA EDITORES, 5ª ed. Madrid 1985) en sus 690 páginas únicamente dedica media línea a mencionar a Heródoto Heródoto - Wikipedia, la enciclopedia libre y , por supuesto, ni una sola palabra dedicada a Bernardino de Sahagún, ni a Bartolomé de Las Casas Bartolomé de las Casas - Wikipedia, la enciclopedia libre . Y no olvidemos que tampoco a Julio César Julio César - Wikipedia, la enciclopedia libre el mejor etnógrafo de los celtas de la Galia y de los germanos (véase en el enlace el epígrafe: "César como historiador y escritor"), ni a Flavio Josefo Flavio Josefo - Wikipedia, la enciclopedia libre o a Marco Polo Marco Polo - Wikipedia, la enciclopedia libre , y estoy haciendo referencia a personajes históricos muy conocidos, porque entre viajeros, "comparativistas", naturalistas y geógráfos de diversos países, que han recopilado y sistematizado observaciones de la moral y las costumbres de muy diversos pueblos, se podría elaborar una considerable relación anterior, en efecto, a que se apuntasen al carro y se produjese eso de que "unos cardan la lana, y otros se llevan la fama".
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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